Había dos cosas que Tony quería hacer, en realidad eran tres, pero una de ellas (que era amarrar a Steve a la pata de su cama) no era posible. Así que se conformaba con dos. La primera de ellas era saber que Steve no desaparecería en cuanto el avión aterrizara en el aeropuerto. La segunda era invitarlo a pasar la noche vieja con él y sus amigos.
En el avión, después de un par de tragos de cortesía, se decidió a preguntar. En esa ocasión, Steve, a su lado, veía distraídamente la película que habían puesto para el vuelo. Era diferente al vuelo de ida, no había tensión entre ellos, estaban tranquilos, cómodos uno al lado del otro. Tony carraspeó para entrar en materia.
—Oye, Steve—empezó—¿Cuáles son los términos de tu contrato con Santa?
—¿Contrato?
—¿No tienes uno?
—Pues...
—¿Dice algo sobre tu libertad?
—¿Qué quieres decir con eso?
—Pues... eso... ¿Cuándo serás libre...de mí?
Steve frunció el ceño.
—Ya te lo dije—contestó—Me iré hasta que tú quieras que me vaya. En otras palabras, hasta que seas tú quien quiera librarse de mí.
Tony se mordió el labio inferior y negó con la cabeza.
—¿De verdad te envió Santa?
—Sí.
—¿Y no tienes "v" de vuelta?
—Santa no suele reclamar los regalos que hace. ¿Qué sucede, Tony?
El castaño se encogió de hombros.
—Sólo me preguntaba qué pasará cuando aterricemos.
—Tomaremos un taxi, supongo—Steve frunció el ceño, incapaz de comprender por qué Tony, lucía tan preocupado.
Éste ya no dijo nada, aceptó eso y cambió de tema. No fue hasta que estuvieron en el taxi, que volvió el tema a su mente. Porque después de tomar el taxi, y llegar a la casa, no sabía que harían después. No sabía nada más sobre Steve, no le había preguntado su dirección (si es que tenía una, ya que el polo norte no era una dirección muy precisa), ni su teléfono (le había visto un teléfono celular, pero no se le había ocurrido preguntar), ni nada que le diera algún lugar para encontrarlo en caso de necesidad.
—Tony—esa vez, fue Steve quién tomó la iniciativa—, yo... sé dónde vives, pero no puedo irrumpir en tu casa sin ayuda de Santa. No de nuevo.
Tony rio, pero se mordió la lengua para no decirle que podía irrumpir por dónde quisiera.
—Por cierto, Steve, ¿tienes dónde vivir? ¿Hay una casa de muñecos de Santa dónde todos viven o algo así?
Steve rio— Tengo mi propia casa.
—Ahh—tomó nota mentalmente, iba a preguntar dónde, pero fue interrumpido.
—A lo que iba era a que me gustaría que me dieras tu teléfono, para poder llamarte, y quedar para salir. Si tú quieres, claro.
—Je, je Claro que quiero. Desbloquéame tu teléfono, anda.
Steve sonrió como un niño al que le dan el dulce deseado, y sacó su teléfono para después entregárselo al castaño. Éste escribió su número en los contactos, y justo entonces, llegaron a su edificio.
Con ayuda de Steve subió sus maletas, pero éste le dijo que no podía quedarse.
—¿Por qué? ¿A dónde tienes que ir?
![](https://img.wattpad.com/cover/131675037-288-k771201.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Un Amor para Navidad
أدب الهواةTony está resignado a pasar una Navidad siendo acosado por su familia debido a su soltería. Un día, alentado por sus amigos, pide un regalo al Santa Claus de una tienda departamental. Creyó que era un juego, una broma nada más; nunca imaginó que S...