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No quiero volver a casa, ya no tiene caso recoger las partituras, están destrozadas. Yo sé que es una señal.

Sigo corriendo hacia la montaña y no dejó de pensar en lo que pasó hoy.

Siento la necesidad de tener a alguien que me haga sentir querida, me siento realmente estúpida. Mis emociones siempre se incendian y luego caigo en crisis nerviosas; no soy capaz de decirle a alguien esto. Soy demasiado complicada... pero esto es sencillo: no he logrado hacer que las situaciones se mantengan bajo control, quiero pensar que esto va a estar bien pero es muy difícil.

Me refugio en una cueva en la cima de la montaña y me desplazo hasta el fondo de esta. Hay un mensaje codificado, sé cómo resolver esto pronto y en un par de minutos tengo lo que me han querido decir.

Alari...
El futuro Alfa...
Mucho peligro...
Hay cuervos en el clan...
Un informante dijo...
Un ataque hoy...
17:58...
Plaza minuali...
Protégelo.

Cuando salí del centro comercial eran las 16 y algo, hasta la montaña son al menos treinta y cinco minutos, la plaza minuali no es cerca, si quiero llegar a tiempo debo correr ya, y no me espero más. Salgo de un gran salto de la cueva para tomar la ruta más corta.

Hay cuervos, probablemente dos o tres. Son pocos de su genética pero son muy fuertes y habilidosos. Son idénticos a los licántropos en apariencia, inclusive se les delatan las pupilas en luna llena.

La montaña está llena de obstáculos que suelo esquivar por la elevada altura que ofrecen pero ahora no, ahora no los estoy esquivando, me sirven para avanzar más pronto a cada salto, son muy parecidos al que realicé esta tarde para entrar por sobre el muro de la mansión.

Después del último salto alcanzo a caer en el tejado de una casa, así podré seguir con el mismo ritmo.

Al pasar junto a una Iglesia veo que faltan unos diez minutos, de todos modos debo de darme prisa si quiero atrapar esos cuervos.

Al estar cerca de la plaza minuali me detengo en una azotea para que no les llegue mi olor por medio del aire y así poder atraparlos.

Espero un largo rato hasta que veo a mi futuro Alfa llegar a la plaza correteando con una loba negra con unos mechones blancos. Saltan, ríen y rozan hocicos, la escena me duele. Y mucho. Por un callejón que me queda enfrente huelo a un cuervo entonces se escucha una pequeña risa, tan pequeña que es apenas audible.

Rider ha caído en una emboscada. Seguro que se dejó llevar por el olor embriagante de esa chica con quien ya me he topado antes sólo que hay una pequeña diferencia.

No dejaré que mate al hijo de mi Alfa.

Agarro un poco de impulso para hacer un salto silencioso hasta el otro lado de la calle para cazar al cuervo sin que alertar a la caníbal esa.

Al ubicarlo en el callejón me percato de que va solo. Enviar a un sólo cuervo aliado de una caníbal es un truco relativamente nuevo pero lo han aplicado tanto que ya lidié dos veces con él. Y tienen una regla. El cuervo jamás va armado ya que cuenta con una arma viviente a su disposición.

Bajo de un salto apenas audible al callejón y la criatura esa se voltea para encararme. Un viento helado empieza a soplar golpeandome en la cara, a menos que esté tras de mi no le perderé el rastro, huele realmente mal.
Sonríe maliciosamente, no me ha reconocido.
Le dejo atacar primero y me agarra por el cuello con ambas manos, me sujeta contra la pared y me levanta del suelo acercando su boca para morder mi cráneo.

Valla que ha cojido valor, pobre diablo, no sabe lo que le espera.

Le regresó la sonrisa maliciosa y antes de darle tiempo de reaccionar pongo mis patas en su cuerpo causándole heridas internas y una muerte rápida que no dejará evidencia.
Si. Así de fácil se asesina a un cuervo. Su caja torácica es tan resistente que puede soportar el choque de un auto a doscientos km/h. Pero la suavidad le hace colapsar inmediatamente. Son criaturas de trabajo rudo, no de asuntos relajados.

Todo Por Ti, Mi Alfa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora