Narra Camila
Los días pasaban y de nuevo parecía que no tendria contacto con Lauren hasta que hubiera rodeo de nuevo. Lo cual podría no ser pronto, pues las lluvias torrenciales en Texas estaban en su mayor apogeo y eso no favorecía a eventos de tal magnitud. La vida me odiaba, por Dios: es Texas. Las lluvias son escasas aquí o al menos eso se supone, pero cuando al fin hay algo por lo que de verdad quiero asistir a un rodeo, todo va en mi contra. En ocasiones cómo esta, lo mejor era quedarse en casa bebiendo un poco de chocolate caliente. Mientras veo netflix y a la vez intentó callar a mis pensamientos. Que no hacen más que repetirme una y otra vez lo bien que debe estar pasándola Lauren mientras se revuelca con su novia. Habíamos texteado un poco pero ella siempre tenía prisas y poco tiempo para mi, así que yo terminaba molestándome y fingiendo estar ocupada para hacerme la interesante.
Era jueves. Habían pasado 5 días desde la ultima vez que nos vimos y 3 de la ultima vez que mensajeamos.
Estar de vacaciones era probablemente lo peor que me podía pasar en la vida. No hacía nada de provecho y solo me la pasaba acostada, deprimiéndome mientras comía porqueria y media.
Tomé una ducha rápida y decidí que era estupido quedarme en casa todo el día cuando había una increíble cantidad de diversión afuera de la que me estaba perdiendo. De mi closet saqué un vestido corto de un azul llamativo, no tanto, solo lo necesario. Mis tacones negros a los que siendo sincera no estaba acostumbrada, pero era un don que había en las mujeres de la familia Cabello, vernos increíblemente usando plataformas así fuese la primera vez que nos las poníamos. También saqué un bolso que casi nunca usaba, era negro igual que los zapatos así que hacían juego perfecto. Era temprano aún, tenía tiempo suficiente; utilicé la plancha para dejar totalmente liso mi cabello. Un maquillaje natural y creí estar lista. El reloj de mi cabecera marcaba las 8:30.
Mi departamento era un desastre, caminé entre las bolsas vacías de comida chatarra hasta llegar a mis llaves. Cuando por fin las tuve, corrí como si no hubiera un mañana hasta mi auto. Era nuevo, de agencia. Lo había comprado con mis ahorros y junto a walkie, era una de las cosas más valiosas de mi vida.
Podía invitar a alguien pero eso sería demasiado aburrido. Me impediría ligarme a cuanta persona quisiera y una noche de antro sin sexo, no era una verdadera noche de antro.
Recorrí varias calles y todos los lugares parecían interesantes, finalmente los poderes publicitarios de Jake's Bar lograron persuadirme y opté por ese, ver a un hombre bailando en ropa interior fosforescente invitándote a entrar era algo bastante interesante y llamativo, nadie puede negarlo.
Estacioné el auto y bajé de prisa. Mi cuerpo necesitaba un poco de alcohol. Pasé sin problemas, aún me faltaba un año para ser mayor de edad pero en Texas a nadie le importaba eso. Mientras no seas un violador o un asesino serial, puedes ser considerado alguien de fiar.
Todo ahí dentro estaba encapsulado por luces de neón en color azul y morado de forma tenue. Era un local bastante amplio, lleno de mesas y barras de bebidas. Me acerqué a la más cercana y pedí algo de lo que estaba en el menú, el nombre era extraño y creativo para ir a juego con el lugar, pero era simple vodka con jugo de mora y agua mineral. La bartender era bonita, tenía el cabello oscuro y unos ojos esmeralda bastante agradables de mirar, pero me hicieron recordar a Lauren. Suspiré. De nuevo esos pensamientos de ella en mil y un posiciones con su novia me inundaron. Traté de concentrarme en la música que sonaba por los altavoces, debía encontrar alguna mujer bonita para invitar a bailar, rápido. Le sonreí a la chica cuando me entregó la bebida. Empecé dando ligeros sorbos pero la verdad sabía delicioso. Era una mala idea beber demasiado pues había comido poco, pero me importaba una mierda.
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Cowgirl.
Fanfiction-Quiero montar.- ronroneó Camila. Y Lauren comprendió de inmediato la insinuación.