Lauren volvió a donde Lucy, se sentó junto a ella y platicaron un poco sobre el viaje. Su casi esposa le contó que había tenido que volver antes porque una agencia de modelaje la llamó y le dijo que no podían esperarla una semana, si quería el trabajo tenía que presentarse cuanto antes. Y así lo haría.
Platicaron sobre algunas otras cosas. Después solo se quedaron viendo algo en Netflix. El documental esta vez era sobre mariguana, beneficios y contras. Lauren se encontraba verdaderamente interesada, pero a media reproducción Lucy puso pausa.
–¿Vamos a algún lugar? Aún no es tan tarde.– Lauren, quien conocía perfectamente a su novia, frunció el entrecejo completamente extrañada.
–Pensé que estabas cansada por el viaje.
–Si, pero también tengo ganas de beber algo y escuchar un poco de música.– la ojiverde suspiró. Pero terminó accediendo.
Lucy había pedido que se ducharan juntas. Pero lauren se negó rotundamente con el pretexto de que así tardarían más. Pero en realidad tenía miedo de tener alguna marca en el cuerpo ocasionanda por lo salvaje que era Camila en el sexo.
Luego de un rato estaban las dos frente al espejo ajustando los últimos detalles. Lucia puso un poco de perfume sobre su pecho e hizo lo mismo con Lauren, quien sintió la mirada intensa de su novia sobre ella y volteó al frente para ver el reflejo de ambas, Lucy estaba viéndola a ella fijamente. Le sonrió y la modelo le devolvió la sonrisa.
–¿Habías pensado antes en lo atractivas que nos vemos juntas?– Lauren tragó con fuerza la saliva. Pero respondió con un "sí" casi inaudible. La de tez más oscura se inclinó y dejó un pequeño beso en el hombro pálido de su mujer.
–Andando.– murmuró Lauren con nerviosismo. Tomando a Lucy de la mano y saliendo de la habitación.
En algún otro lugar de Texas.
La música por las bocinas sonaba al volumen adecuado, aquel no era un bar demasiado grande. A Camila le gustaba ir ahí cuando quería beberse algunas cervezas y estar tranquila. No había mucha luz, pero si había mucha gente. Lo que hacía que el lugar estuviese bastante más cálido de lo normal. Si Lauren creía que iba a quedarse ahí esperándola o que no saldría si no era con ella, estaba muy equivocada.
Camila estaba demasiado ocupada bebiendo algo que la mesera le había recomendado cuando ella no supo que pedir, era rojo y sabía ligeramente a fresa, pero el sabor del vodka era más fuerte. La orilla de la copa estaba decorada con algún polvo rosado que tenía un olor fuerte a arándanos. Y sobre el líquido flotaban algunas cerezas. Mientras analizaba lo que estaba tomando, sintió unas manos tapar sus ojos y se paralizó. Por un momento creyó que era Lauren. Hasta que escuchó una risita inconfundible. Se volteó con emoción y se encontró frente a ella a la mujer más preciosa de toda España.
–NATALIAAA LACUNZA, ¿Qué estás haciendo aquí?– preguntó sorprendida. Habían pasado casi 3 veranos desde la ultima vez que se vieron. Cuando Camila viajó hasta tierras europeas para tomar un curso de fotografía en el que Natalia también estaba inscrita.
–Pues no podía estar un año más sin ver a mi amiguita vaquera, Camila Cabello.– pronunció con aquel acento tan maravilloso que poseía y que la hacía ser tan atractiva e interesante. Camila notó que llevaba el cabello un poco más largo y además su piel estaba de un tono más claro. Pero seguía siendo preciosa. No dudó más y se levantó para abrazar a su antigua compañera. La había echado mucho de menos.
–Me encantaría ser la razón por la que viniste hasta acá, pero se que no lo soy. Ya cuentame la verdadera historia de porque estás aquí.– Natalia rodó los ojos y sonrió.
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Cowgirl.
Fanfic-Quiero montar.- ronroneó Camila. Y Lauren comprendió de inmediato la insinuación.