Capítulo 3

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A la mañana siguiente, me visto con la ropa que dejé preparada. He escogido ropa oscura ya que no quiero destacar entre los arbustos. Desayuno algo y me preparo para salir.

Cuando salgo de casa, el cielo sigue un poco oscuro, pues hace poco que salió el sol. Me dirijo a la ubicación que señala mi móvil, pero una vez en el bosque me pierdo un poco ya que el GPS no muestra ningún camino especifico. Voy mirando a todas partes en silencio, atenta a cualquier ruido que pueda indicar que alguien se acerca a mí, y después de veinte minutos encuentro los dos grandes árboles. Sus ramas siguen igual de trenzadas y entre ellas se siguen viendo las mismas flores que vi el día anterior. Nada ha cambiado.

Como no escucho a nadie cerca, decido mirar por los alrededores para ver si puedo descubrir algo nuevo, pero, después de mirar entre ramas, arbustos y piedras, no veo nada raro, por lo que finalmente decido esconderme detrás de los arbustos donde me escondí ayer.

Me quedo sentada y cuento los minutos que pasan. Suspiro, supongo que tendré que quedarme aquí sin moverme hasta que algo pase, aunque quizás no pase nada. Después de un rato me quedo medio dormida, supongo que haber madrugado tanto dos días seguidos no es bueno para mí.

No sé cuánto tiempo ha pasado cuando de repente me despierto al escuchar un ruido. Me incorporo corriendo, intentando no hacer ningún sonido y miro entre las ramitas del arbusto. Cerca de los dos árboles grandes veo llegar al tipo de ayer, Adam. Me quedo mirándole, lleva la misma ropa y en su mano no falta la espada. Está solo, mira a todas partes sutilmente, y presta atención a todos los ruidos que hay en el bosque, provocados por los animales. Cuando llega debajo de las ramas sale el otro hombre con el que habló ayer de detrás de un árbol.

Saco rápidamente el móvil y pongo la cámara para grabar todo. No puedo escuchar lo que dicen, pues hablan en susurros. Adam le agarra la mano y le entrega una pequeña bolsa. Éste se la guarda y le muestra una sonrisa traviesa. Finalmente se despiden y cada uno vuelve por donde había llegado.

Paro de grabar. No he podido escuchar nada de lo que han dicho, pero por lo menos he podido grabarles. Más tarde, cuando esté en casa, volveré a ver el vídeo por si se me ha escapado algo. Tiene que haber algo en sus ropas o en la bolsa que le dio que me pueda dar más información.

Después de un rato, me levanto despacio para salir de ahí y volver a casa, salgo de detrás de los arbustos cuando de repente algo pesado me tira al suelo. Suelto un grito asustado, y me retuerzo. Noto un cuerpo grande que me agarra de las manos por encima de mi cabeza. Intento agarrar cualquier cosa para poder soltarme, sé que por alguna parte tiene que estar mi mochila, la cual contiene mi cuchillo, pero por más que la busco con mi mirada, no la encuentro.

- ¡Sabía que alguien nos estaba espiando ayer! –gruñe una voz masculina. - ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué estás haciendo aquí?!

Me quedo quieta. Esa voz... pienso, ¡es él! ¡Adam! Soplo el pelo que me cubre la cara para apartarlo de mi cara, asustada con lo que me puedo encontrar. Lo primero que veo son sus ojos, tan verdes... miro sus rasgos afilados, su nariz es recta y sus labios son gruesos. Tiene una mandíbula cuadrada recubierta por una ligera barba.

- ¡Contesta! –me gruñe. - ¿Quién eres?

- Yo... n-nadie. –me tiembla la voz, jamás pensé que esto podía pasar.

Se queda mirándome, noto como revisa todo mi rostro y después de un rato se levanta y me lleva con él. De pie puedo comprobar que efectivamente es grande, es más alto que yo, cosa que es fácil, y como sospechaba es bastante fuerte. Sus brazos estas cubiertos por músculos y sus manos son grandes. De su espalda sobresale la espalda, la cual tiene enganchada en un tahalí que le cruza el pecho.

Saga Forethan: BendecidaWhere stories live. Discover now