Capítulo 11

8 2 0
                                    

-¿Ves algo? –me pregunta Adam.

-Hay un dibujo de mi marca. –miro hacia él. –Tiene que estar aquí.

-Voy a darte una de las palas para ayudarte a quitar la arena dura ¿vale?

-Está bien.

Adam desaparece de mi vista durante unos minutos, mientras, paso mis dedos por la marca. Está grabada en la piedra y todavía conserva un poco de pintura verde por algunas partes. Adam vuelve a aparecer y me entrega una pala pequeña pero afilada.

-Ten cuidado, no hagas movimientos bruscos y ve poco a poco, la pared se podría romper demasiado, rompiendo el saliente en el que estás.

-Gracias por decírmelo, ahora no voy a poder parar de pensarlo.

-Te lo aviso por si acaso. –me dice encogiéndose de hombros.

Comienzo a clavar la pala poco a poco, retirando las piedras que hay, está más duro de lo que parece y tengo que emplear más fuerza. Consigo retirar algunas piedras pequeñas y poco a poco hago un pequeño agujero, quitando rocas más grandes. De pronto se hace una raja en la pared y me quedo totalmente quieta.

-¿Qué pasa? –me pregunta Adam

-Se ha hecho una raja en la pared.

-¿Llega al suelo?

-Un poco. –le digo asustada.

-Bianca ten cuidado, si ves que no puedes sube ahora mismo.

-No, no. Quiero seguir, no me queda nada. He hecho un gran agujero ya, estoy segura de que si cavo un poco más profundo encontrare la Esmeralda.

Comienzo a seguir quitando piedras, está vez más pequeñas. De pronto toco algo duro con la pala y miro.

-Adam, ¡hay algo! –le grito emocionada. –Parece una caja de madera.

-Sácala con cuidado.

Poco a poco aparto la arena dura que hay a su alrededor y saco una caja de metal de pequeño tamaño. Cuando la saco, la limpio un poco con mis dedos y me encuentro con la marca de las dos hojas en la parte de arriba. Tiene que ser esto, pienso emocionada. Le paso la caja a Adam para que la pueda ver mientras yo voy recogiendo el material y me preparo para subir.

Adam coge la caja y la abre, dentro encuentra una Esmeralda del tamaño de un puño. Su color verde la hace brillar con los pocos rayos de sol que aún quedan, haciendo que se refleje en el suelo. Adam acaricia la Esmeralda con los dedos y sonríe victorioso por tenerla por fin en sus manos.

-La hemos encontrado. –me dice mirándome. Le sonrío y él cierra la caja para guardarla en su mochila. –Vamos, te ayudaré a subir.

De pronto, se escucha un ruido fuerte y miro hacia mis pies, la raja de la pared se ha hecho más grande y ha dividido el saliente en el que me encuentro en dos. Le grito a Adam para que me agarre la mano, pero empiezo a notar como el suelo se rompe y empieza a caer al vacío. Me resbalo y estoy a punto de caer cuando Adam me agarra fuertemente de la mano. Golpeo la pared con la cabeza y reboto, con la mano que me queda suelta intento agarrarme a la pared, pero no hay nada que pueda agarrar.

Quedo suspendida por unos segundos, mientras todo el saliente se derrumba y provoca una nube de polvo. Finalmente, Adam tira de mí hacia arriba, cuidando que no me golpee más con la pared. Una vez que consigo subir me empujo contra él, cayendo los dos al suelo y quedando yo sobre él. Me derrumbo, respirando agitadamente con los ojos cerrados con fuerza, sin querer mirar hacia atrás.

Saga Forethan: BendecidaWhere stories live. Discover now