Al día siguiente, me despierto y me pongo ropa cómoda para salir al exterior. Bajo al comedor para desayunar grandes cantidades de comida, en casa siempre solía desayunar unas pocas galletas y un vaso leche, pero con todo lo que tenemos que hacer hoy no sé si pasaremos llegaremos para la comida.
Soy la primera en bajar y me sirvo un poco de huevos revueltos, fruta y un chocolate caliente. Adam y Ariadna llegan poco después, los dos vestidos muy similares a mí y comienzan a desayunar también.
-Hoy iremos a tres sitios distintos, están un poco lejos por lo que lo mejor será que empaquemos algo de comida y agua para poder aprovechar el tiempo al máximo. –nos informa Adam.
-Tendremos que volver antes de la cena, tenemos que prepararnos para la fiesta.
-Sí, además querré hablar antes con Nick y los gemelos, quiero saber si por fin han encontrado algo.
-¿Iremos andando a esos sitios? –les pregunto
-No, lo mejor será ir en caballo, iremos más rápido así. –me contesta Adam.
-¿En caballo? –les pregunto con miedo. –Jamás he montado en caballo...
-Oh cierto, no había pensado en eso, quizás podríamos llevarte nosotros. –me dice Ariadna. –Llevamos toda la vida montando a caballo por lo que no tienes que preocuparte por nada.
-Está bien. –le respondo no muy convencida.
-Ari, ¿te importa pedir algo de comida para llevar antes de irnos?
-Claro, les pediré algunos bocadillos, será lo mejor.
-Gracias.
Acabamos el desayuno y Adam me dice que le siga, me lleva al establo, el cual contiene muchos caballos. Son todas unas preciosidades, y por lo que parece, son muy tranquilos. Adam me enseña su caballo, es de color negro brillante, tiene una larga melena que lleva suelta. Es enorme, estoy segura que necesitará unas escaleras para poder subir en él. El de Bianca es una yegua blanca con manchas marrones, es más pequeño que el de Adam, pero me sigue pareciendo muy grande. Adam les pone a los dos caballos las sillas de montar y las riendas. Ariadna llega con unas mochilas pequeñas que nos entrega a cada uno, nos dice que ha metido comida y agua para todos.
-Bianca, si quieres puedes montar detrás de mí. Te agarras a mi cintura y así yo podré dirigir a la yegua. –me dice Ariadna
-Genial, gracias.
Ariadna se sube de un salto al caballo y me da la mano para poder tirar de mí. No me veo capaz de subir, intento dar un salto y no consigo llegar, esto es más difícil de lo que pensaba. De pronto, noto unas manos grandes rodear mi cintura y me levanta despacio hacia el caballo, me sienta encima y escucho a Ariadna reír.
-Gracias Adam. –le digo avergonzada.
Él asiente con la cabeza y se dirige a su caballo, de un salto se sube él solo y nos manda seguirle de cerca. Me agarro a Ariadna para no caerme y una vez que andamos un poco empiezo a relajarme. Adam comienza a galopar y nosotras le seguimos, nos lleva cerca de un río, es el primer sitio que queremos ver ya que fue donde se dieron su primer beso.
Cuando llegamos, noto al instante la belleza del lugar. Solo se escucha el río y los pequeños animales que nos rodean. Hay árboles y flores por todas partes, dando color al paisaje.
Dejamos atados los caballos en un árbol y nos dirigimos al árbol que se describía en el diario, pues el rey Enzo explica que estaban tumbados bajo sus ramas. Nos resulta un poco difícil encontrarlo, pero finalmente encontramos uno que se parece mucho a su descripción. Es un árbol enorme y grueso, se nota que lleva muchos años en este prado. Miramos por el suelo para ver si vemos algo raro, pero como es de esperar, no encontramos nada. Han pasado miles de años y la tierra ha podido cambiar, por lo que cogemos unas palas que hemos traído y empezamos a cavar poco a poco a su alrededor, pero cuando llevamos ya bastante cavado, vemos que no hay nada aquí.
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Saga Forethan: Bendecida
FantasyPrimer libro de la Saga Forethan. Sinopsis: Bianca es una chica de 22 años que vive con su familia y su perro. Su vida es normal, hasta que un día decide caminar por el bosque. En éste, se encontrará con una puerta que le llevará a otro mundo gober...