Amor a primera vista | Choi Seung Hyun

CAPÍTULO 9

—¿Y cómo está mamá? —le pregunto a Alexandra por celular, a pesar de que la llamada sale cara, nos llamamos dos veces por mes. Es la hora de colación así que antes de llamarla, salí a las afueras del edificio cerca de unas bancas y árboles.

—Bien —me dice—, tiene mucho trabajo con los bordados pero lo normal de siempre.

—Me alegro que todos estén bien. ¿Has vuelto a ver al chico de la fiesta?

—No, cambie de parecer —blanqueo los ojos.

—Cuando haya algo serio me cuentas.

—Tal vez deba darme un largo tiempo para volver a confiar en alguien del sexo opuesto.

—Tal vez —respondo.

—¿Y qué hay de ti?

—Yo estoy bien.

—No me refiero a eso, me refiero a lo que me contaste en navidad. Sobre el chico "inalcanzable". —Hace énfasis.

—Es complicado en este momento... —hago una mueca a pesar de que no me ve.

—Anda ya, ¿cómo de complicado?

—Ni te lo imaginas...

—No me quieres contar —dice como si estuviera afirmándolo.

—No es eso, es que no estoy en el lugar adecuado para hacerlo, pero te prometo que tan pronto como mi cabeza no esté hecha un lío, te contaré.

—Bueno, si es lo que deseas, lo respeto. Hermanita, tengo que colgar, es la hora de dormir y ya me he pasado.

—Oh, entiendo —digo tristemente.

—Nos vemos por Skype —escucho como bosteza— Te quiero.

—También yo.

Cuelgo.
Me quedo unos segundos viendo la pantalla del celular, como si hacer eso me trasladara a mi mente, en donde está presente T.O.P en cada momento. Tengo miles de preguntas que hacerle la próxima vez que nos veamos, entre una de ellas es por qué de repente se está acercando a mi, o por qué nos regaló las entradas a mi y mis amigas. Es muy considerado de su parte y todo un privilegio, pero ¿por qué?

—¡Agh, me volveré loca! —exclamo fuerte dando golpecitos a mi cabeza.

—¿Sofía?

Esa voz... Me giro hacia la izquierda y veo parado a Lee Yon Jin. Vaya, jamás imaginé encontrármelo aquí. Mentiría si digo que no estoy sorprendida.

—¿Lee Yon Jin?

El ríe.

—Es un gusto volver a verte. —Su expresión es tan alegre y su presencia tan afable que no demoro nada en mostrar una sonrisa sincera por encontrarlo en este momento.

—Lo mismo digo, ¿qué haces por acá?

—Vine a visitar a un amigo que se encuentra cerca de aquí —responde—. ¿Y tú?