CAPÍTULO 13

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Han pasado los días y con Seung Hyun nos encontramos siempre que podemos después del trabajo, en la azotea. Nadie sube hasta allí, así que lo hemos bautizado como nuestro lugar de encuentro, o más bien como nuestro nido amoroso. Hay veces en que se comporta de forma extraña, por alguna razón siento que me oculta algo, pero no le tomo demasiada importancia pensando en que tiene que ver con su vida más personal.

—¿Qué almorzaremos hoy? —Pregunta Sara, tendida sobre el sofá con el control de la televisión sobre su estómago. Está viendo un drama llamado "Oh my Venus".

—Ramen —contesto.

—¿Hay kimchi? Tengo ganas de comerlo.

—Si —respondo concentrada en cocinar—. ¿Cuánto demorará Sun Hee en llegar?

—Como una hora más o menos.

Sun Hee fue a visitar a su abuela, al parecer tenían asuntos importantes de los que hablar.

—¿Puedes echarle una mirada de vez en cuando a la comida? Iré a hablar con mi hermana. —Me saco el delantal y lo cuelgo.

—Ve —me contesta.

Prendo la laptop y lo conecto a la señal wifi. Le aviso a mi hermana que estoy lista y le mando una solicitud de video llamada por Skype.

—¡Qué tal! —me dice entusiasmada.

—¿Me extrañaste?

—Claro, eres mi hermana y también mi mejor amiga —me dice echándose cucharadas de helado a la boca—. Ahora cuéntame: ¿me he perdido de mucho? ¿Tu chico inalcanzable al fin es alcanzable? ¿Cómo están tus amigas? ¿Te ha ido bien en el trabajo?

—Para, tantas preguntas me matarán de una sola vez.

—Lo siento —le escucho decir con la boca llena de helado.

—No sé si te haz perdido de mucho, en el trabajo me va bien, mis compañeros son muy amables. Sara ya no tiene citas y Sun Hee extraña a Jung Hwa. Y mi chico inalcanzable..

—¡Dijiste "mi chico"!

—¿Eso dije? —pregunto nerviosa.

—¿Acaso tú y él..?

Asiento. Ella pega un grito de alegría.

—Creo que lloraré —hace como si se estuviera limpiando una lágrima—. ¿Te trata bien? —Comienza la hermana mayor protectora.

—Es muy dulce y divertido —sigo pensando en él—. Es tan guapo.

—Un minuto de silencio por la antigua Sofía —cierra los ojos y junta las manos como signo de estar orando.

—¡Eres tan infantil a veces! —Me río.

—Alguien tendrá que serlo —dice.

—¿Estuviste muy liada estos últimos días?

—Sí, creí que ya no tendría vida social. Básicamente llegaba a dormir y me iba a trabajar. Tuvimos problemas con unos papeles que teníamos que entregar y yo tuve que hacerme cargo. —Cuenta desanimada.

—Oh, ¿un minuto de silencio por ti?

Ella responde con un «ajá» de su garganta.

—Estaba pensando y no me ha ido mal en el trabajo, me subieron el sueldo y, ¿qué tal si voy a visitarte? —Me pregunta expectante.

Amor a primera vista | Choi Seung HyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora