REGALO 2

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La semana había pasado volando, Sofía añoraba despertar junto a Seung Hyun sin preocuparse de que tuviera que irse de la ciudad para la gira de conciertos que tenía. Ayer en la tarde Seung Hyun había partido junto a su equipo para la última gira de este tiempo. En todos estos días, no había salido de la casa, como Seung Hyun le explicó, él no quería que se expusiera en la calle y que los medios de prensa la bombardearan de preguntas. Pensándolo bien, a Sofía no le gustaba la idea de salir en alguna noticia o página web de internet. Más bien le daba pavor, pensaba en las diferencias que tiene con las chicas coreanas, que ya ser extranjera es lo principal. Estaba segura de que había rompido con las expectativas de las fans de Seung Hyun. Pero solo tenía que resignarse, y estar preparada en esconderse si algún día se sentía agobiada.

Hoy era el día, quería salir a la pequeña residencia en la que vivía antes con sus amigas, porque viéndolo así, esta casa era cinco veces más grande que su propio piso. ¿Y en la universidad? ¿Qué ocurriría? Tenía miedo de que alguna anti-fan comenzara a molestarle, sin embargo, también estaba la otra opción, de que no sería importante para nadie y podría seguir con su vida normal, que era lo que más deseaba.

Respecto al chofer que Seung Hyun le puso, no le quedaba otra opción que ir con él, aunque solo le diría que la llevara a su antigua casa, para no perder la rutina e irse caminando hasta el campus de la universidad.

Sofía comprobó las notificaciones de su celular, Sara le decía que recordara que sigue siendo su casa y que irrumpiera cuando quisiera. Quería hablar tantas cosas con sus amigas, contarles todo lo que hizo en su semana mágica, como ver tocar el piano a Seung Hyun, pasarse por la habitación de obras de artes, jugar algunos juegos de mesa y charlar de la vida. También, hacer el amor casi todo el tiempo. Se avergonzaba en el sentido de timidez, ya que nunca imaginó esos deseos ocultos que guardaba en su interior. De momento solo debía aguardar unos cinco días para volver a ver a su esposo.

Al subirse al jeep de color azul grey, le indicó al chofer la dirección.

—¿Cómo te llamas? —Le pregunto ella al señor de unos cuarenta años.

Pensaba si estuvo bien en tutearlo, aquí en Corea se respetaban mucho según la edad que tenía el otro.

—Kim Ha Neul, señorita.

—Soy Sofía.

—Lo sé, señorita.

Sofía sonrío más avergonzada consigo misma. Quizás qué es lo que le ha dicho Seung Hyun a sus empleados. Aún no ha visto a la señora que hace aseo, ella salió más temprano de la casa debido a la distancia que la separaba de su antiguo hogar.

Conversó solo una vez con su familia. Hablaron por Skype, a ella le causaba gracia el interés de su madre para que le mostrara hasta el mínimo rincón de la casa. En Santiago, no era muy común ver casas con ese estilo, y si lo hacían, era en el sector más alto de la ciudad. Su hermana Alexandra le daba diversos consejos "de mujeres" que ella aplicaba cuando tenía pareja, claro que ahora sigue soltera, por lo que Sofía se preguntó si fueron tan efectivos como ella dice.

A medida que se dejaba guiar por sus pensamientos, observaba a través de la ventanilla polarizada del automóvil, las casas de aspecto similar a la de su novio. Pensaba en lo increíble que era tener mucho dinero, desde ese punto de vista la vida parecía más fácil y elegante, con lujos excesivamente caros al alcance de sus manos. Se preguntaba si guardaban relación unos con otros de vecino a vecino. «¿De casualidad tiene un poco de azúcar que me de?» Que va, lo menos que se pedirán es azúcar.

Un hombre trotaba con su perro al lado y unos audífonos de color amarillo metidos en las orejas. Más allá, en una esquina, una mujer de edad con delantal a cuadros sacaba la correspondencia de la cajita del correo. Autos saliendo por las enormes puertas de una casa.

Amor a primera vista | Choi Seung HyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora