REGALO 3

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            Sara

No sabía qué hacer, ya era de noche y en vez de dormir, sus pensamientos estaban en otra parte. Odiaba tener que estar sola con su silencio, y también no le gustaba cuando se quedaba así, porque eso le hacía más que recordar lo sola que se encontraba. Estaba feliz porque sus dos amigas tuvieran novios, pero ¿y ella? Ella ni siquiera tenía algún pretendiente rondando por ahí, y con las citas que ha tenido a lo largo de su vida estaba harta. No hay mejor persona que ella para averiguar las intenciones de un hombre, descubrir lo que oculta y planea.

Dio varias vueltas sobre ese colchón que tanto le gustaba, con sus grandes ojos celestes miró el techo, lo que podía ver con la pequeña y tenue luz de la luna que se colaba entre las cortinas.

Temía estar sola durante toda su vida, y no quiere parecer tan desesperada como para tener otra cita y que sus amigas le digan «te lo dije». Cuántas lágrimas no derramó en la oscuridad de su cuarto sin que nadie se diera cuenta, el amor con ella no funcionaba, definitivamente estaba lejos de andar paseando por ahí de la mano con algún chico. Muy dentro de sí, sentía envidia de Sofía y Sun Hee, al verlas felices con sus respectivos novios.

¿Y nadie se preguntaba acaso por los sentimientos de ella? Siempre se mostraba alegre y con buen humor para bromear, pero sentía que era una capa que ocultaba cómo realmente estaba por dentro: vacía. Anhelaba sentir ser mimada y admirada por un hombre, y de momento el fan club era su mayor distracción. En el podía olvidarse de todo lo que la atormenta y enfocarse en su amor platónico: Daesung.

Para ella solo existe esa sonrisa y ojos risueños. Poco le importaban los comentarios de algunas chicas sin cerebro diciendo que no es guapo. ¡Por favor! Vean ese cuerpo marcado en contraste con la apretada camisa. Para ella, la personalidad y sentimientos de cada persona era lo más importante. Podría incluso salir con la persona más fea del mundo y, sin embargo, solo estar preocupada por sus sentimientos puros.

¡Dios! Si realmente estás escuchándome, te darás cuenta de que no pido mucho, ¡envíame al indicado!

Al menos su autoestima autocrítica no estaba por los suelos. Sabía que era hermosa, se lo han dicho un montón de veces, pero al parecer no servía de nada haber nacido con una cara bonita.

Trataba de acomodarse para poder dormir, le gustaría tener a su madre cerca para poder pegarse a ella y abrazarla. Era bastante cariñosa, no le importaba ir repartiendo abrazos y dando besos, cree que en eso destaca sobre sus amigas, puesto que ellas son un poco más frías en ese sentido.

Todas las noches era lo mismo, todas las noches era «por favor Dios, que aparezca el amor de mi vida», pero al otro día nada pasaba.

Con mucho más sueño por haber dormido tan tarde, estiró sus brazos y dio un gran bostezo. Por ella no estudiaría más y solo se quedaría dormir, amaba dormir. Cuando fue a la cocina para tomarse un buen desayuno, vio que allí había una nota pegada sobre la puerta del refrigerador, haciéndole saber su amiga que tendría que irse sola a la universidad.

Con los ojos semipegados, sacó la caja de leche y echo un poco al vaso. En un bol echo sus cereales de estrellitas y lunas, con yogurt sobre estos. No le gustaba combinar la leche y los cereales, ya que de por si terminaba dejando una leche sin las hojuelas flotando en el tazón.

Como siempre, fue a vestirse y luego salió de la casa. No tenía idea de qué le tocaba en la primera clase, ni siquiera se había molestado en aprenderse su horario de memoria. Le gustaba más sentir la adrenalina de llegar atrasada al tratar de buscar el número de sala y el piso. Una vibración en su bolsillo hizo que sacara el celular para ver de qué se trataba. Era un mensaje en el grupo de "Queremos ver a Daesung desnudo".

Amor a primera vista | Choi Seung HyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora