Capítulo 10.

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El sonido de la puerta al ser cerrada lo hizo despertar algo asustado, miró hacía todos los lados del lugar, encontrándose con que ese lugar obviamente no era su habitación y ninguna otra que perteneciera a su casa.

Los recuerdos de esa tarde llegaron a su cabeza, desde que Louis había ido por él hasta cuando llegaron a su casa y como una oveja yendo hacía el lobo se metió en su cama, como si nada pasara, sí que se sentía estúpido en ese momento.

La puerta del cuarto fue abierta, por ella entró un sonriente castaño que en sus manos cargaba la mochila que siempre cargaba para cuando no dormiría en su casa,¿por qué la tenia él? y algo que no se cuestionó antes, ¿por qué él paso a recogerlo a la escuela?

A paso lento se acercó a la orilla de la cama en la que él se encontraba recostado y sobre esta dejó la rosada mochila, le entregó una leve sonrisa al rizado y se dio la vuelta listo para irse, pero al llegar a la puerta se detuvo.

—Te vistes y vas a cenar, encargue pizza de queso.— Avisó como si nada y se marchó.

Al escuchar cada vez más lejos los pasos del chico, dio un leve salto para levantarse en ese mismo lugar y dando leves tambaleos hacía los lados se encaminó a la orilla y dio un brinco para caer parado sobre el suelo.
Caminó hacia la mochila y al abrirla empezó a sacar de esta varias las ropas.

El primer atuendo sobre todos los demás consistía en una falda entablada de color azul marino y una camisa de color blanco junto a estos saco un par de calcetines y unos bóxers limpios.
Estaba por ponerse la ropa interior cuando ruidos provenientes de la sala captaron su atención y no eran simples ruidos, era la voz de una mujer, una mujer joven.
Apresurado se vistió con lo que había sacado y al estar listo se puso los tenis con los que había llegado y salió a paso apresurado del lugar.

Cuando llego al inicio del pasillo, se detuvo y solo asomando sus ojos recorrió todo el lugar. Se detuvo en uno de los sillones más amplios del lugar, sobre este se encontraba sentado Louis y a su lado, animadamente se encontraba una chica de cabello color café claro, piel blanca y que por escasos centímetros era más baja que Louis pero más alta que él, ¡se trataba de la chica de las fotos!

Adentró nuevamente su pedazo de cabeza al pasillo y dio varios respiros, cuando se sintió listo salió de donde se encontraba con una gran sonrisa en rostro y dando leves saltos con tarareos.
Se paro frente a los dos mayores, quienes al tenerlo de frente detuvieron su charla rápidamente la chica le vio curiosa por su vestir y Louis solo sonrió.

—Eleanor, te presento a Harry, Harry, ella es Eleanor, pero puedes decirle Ele.—Dijo el muchacho con toda la
calma del mundo.

—Ya me presentaron, me llamo Eleanor, soy novia de Louis.

La palabra comenzó a dar vueltas por toda la cabeza del menor, su novia, ella había dicho que era su novia y no parecía ni una jodida broma del mayor, la chica no parecía dudar ante lo que le dijo era su novia.
Su expresión facial decayó y sintió que sus ojos comenzaban a  escoser se venían las lágrimas, pero no, no podía, no iba a hacerlo, parpadeó repetidas veces y sacudió su cabeza, para volver a su sonrisa.

—Mucho gusto soy el niño pequeño de Louis.— Respondió recalcandolo, mientras veía como la chica miraba confundida al castaño.

—Él se refiere a que es el niño pequeño que cuido, el hijo de los Styles, cielo.—Dijo de forma rápida hacía la joven.

Harry soltó un sonoro resoplido, para darse la vuelta y comenzar andar en dirección a la cocina. Eleanor le miró algo desconcertada ante su actitud esperaba alguien más educado al ser hijo de quien era.
El chico no planeaba ni quería seguir viendo esa escena que solo le causaba asco. Pero en su mente no dejaba de dar vueltas el hecho que Louis no le fue sincero.

Al entrar al lugar vio como sobre la mesa reposaban dos cajas de pizza.
En ese momento sintió su pansa rugir, al recordar que llevaba desde el desayuno sin ingerir bocado alguno y ese día no había estado con Bob quien le daba galletas.

A su espalda escuchó como la pareja de mayores se acercaba, así que se apresuro a sentarse en una de las sillas que se encontraba al costado de la mesa.
Eleanor y Louis entraron charlando animadamente ignorando al menor.
Los dos se sentaron, el castaño frente a su persona y la pelicafé al lado de cada uno de los chicos, todo volvió a estar en silencio.

—Pedí una pizza de queso, tu madre me contó que eres vegetariano, así que bueno.— Dijo el mayor mientras señalaba la caja que contenía su pizza.

Con cierto malhumor  abrió el contenedor de su comida y sacó tres rebanadas de la pizza. Estaría enojado con él castaño por haberle mentido u ocultado algo tan importante como su relación, pero el hambre era primero y por un hombre no morirá de hambre, decía su abuela.

La comida estaba avanzando entre charlas que solo esos dos entendían y el comenzaba a desesperarse de no tener la atención de daddy. El juego no era así nunca y ahora no cambiara por un simple chico que se daba sus aires.

Con cuidado de no captar la atención de la pareja se sacó uno de sus tenis, exactamente el del pie derecho. Lentamente levantó su pierna hacía el frente y la posiciono encima del miembro del chico, quien dio un leve salto asustado.

—¿Pasa algo, Lou?— Cuestionó preocupada la chica.

"Muchas cosas, perra"; respondió mentalmente el rizado, quien seguía comiendo.

—No, nada cariño.—Le respondió tratando de disimular su nerviosismo, pues su miembro comenzaba a erectarse al simple contacto del chico.

El joven de pelo rizado rió de forma leve mientras de forma lenta seguía masajeando el miembro de daddy, a la vez que disfrutaba del ver como el mayor trataba de controlar se y le lanzaba miradas de reproche.

Daddy- Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora