Capítulo 11.

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Harry tenía parte de su cabeza asomada por la puerta que el mayor había dejado abierta, se encontraba espiando a la pareja que estaba esperando a que el elevador subiera y se detuviera ante su piso.
No alcanzaba a escuchar la conversación que entre los dos tenían, ni sabia leer los labios así que se conformaba con saber que no hicieran nada.

El castaño charlaba animadamente con Eleanor, al parecer ésta quería salir el día de mañana en una cita, pero él no podia dejar solo al rizado, ya que estaba a su cuidado durante 4 días.

Sabía que este los estaba observando, le causaba gracia la actitud celosa e infantil del chico, hacía más divertido lo que hiciera.

El elevador anunció su llegada, la pelicafé estaba por despedirse de su parej,a pero este la detuvo. Pasó su brazo por su espalda baja y la acerco lo suficiente a su persona. Ésta le miraba sonrojada, puesto que Louis jamás se había comportado de esta forma y antes de poder cuestionar el porque, sintió como con su otra mano la tomaba de su rostro y acercaba sus labios.
Louis mordió su labio inferior sacándole un leve gemido provocando que abriera un poco su boca al hacer esto, el chico aprovechó para meter su lengua dentro de su cavidad bucal, haciendo así un beso más visual.

El menor se introdujo nuevamente a la casa mientras negaba frenéticamente con su cabeza, las lágrimas estaban invadiendo sus ojos y él quería soltarlo todo, pero no podía o sería escuchado. Rendido ante su malestar, se tiró de rodillas al suelo y dejó caer su rostro sobre el mismo mientras dejaba que las lágrimas salieran.
Era de él, por primera vez alguien era de él, alguien había fijado su atención en su persona y se lo habían quitado otra vez.

Detrás de él escuchó como la puerta era cerrada y sintió la presencia del joven castaño.
Despegó su rostro unos centímetros del suelo y limpió de forma disimulada cualquier rastro de llanto.
Creyendo estar listo se levantó de un brinco y salió corriendo hacía la habitación en la que había dormido con el mayor.Una risa escapó de los labios de Louis.
Escuchaba como avanzaba lento y a la vez estrellaba sus pies contra el suelo, para que sus pasos fueran más notorios.

Harry llegó a la habitación y se encerró en esta también, se aseguró de poner el pasador y hacer así de esta un lugar seguro para su persona.
Cualquier rastro de lagrimas y tristesa de esfumó, ahora se encontraba asustado y si Dios lo jodia, hasta podía orinarse.

Fuera del cuarto se notaba la silueta del castaño, este se quedó quieto un rato y por un momento el rizado se sintió a salvo, la puerta lo protegia de todo.
Estaba por son reir cuando escuchó el tintineo de unas llaves y el miedo volvió a invadir su pequeño cuerpo.

Nervioso su mirada recorrió toda la habitación y pensaba en esconderse en el closet, pero este no contaba con algun cerrojo.
Una idea llegó a su mente, se dirigio al closet y lo abrio para cerrarlo con fuerza, haciendo notoria su "entrada" Con cuidado de no remarcar sus pasos se dirigio cerca de la cama y se metio debajo de ésta misma.

La puerta fue abierta de un gran portazo, el chico dio un leve movimiento por el asombro, pero como pudo evitó el soltar algun sonido que diera a descubrir su ubicación.
Con la mirada siguó los pasos del mayor, este como era obvio se encamino hacia el closet y con fuerza abrio sus puertas, se encontró con que el menor no se encontraba donde él esperaba, una gran risa volvió a salir de su persona.

—Hazzie el esconderte no mejora nada.— Advirtió con un tono de voz tetrico.—¡Bastaba con pedir perdón!

Exclamó Louis mientras se asomaba debajo de la cama y una gran sonrisa figuro en sus labios, sonrisa que le puso los nervios de punta al rizado.
Este trató de huir de debajo del mueble, pero fue tarde, sintió como una gran mano abrazaba su tobillo y apretaba fuertemente a su alrededor. De un jalón lo arrastro fuera de su escondite y como una fiera contra su presa se posiciono encima del chico.
Con su nariz recorrió desde su rostro hasta su cuello y sin disimulo alguno lo olfateo, quería saber a que olía su pequeño.
Por sus fosas nasales entró un delicado olor a cereza y este se combinaba con la pizza que habían comido hace rato.
Y así como olía su niño, así de delicioso sabía.

Se levantó de donde se encontraba y tomo de las caderas al muchacho, lo alzó del suelo y ya teniendolo de pie, lo puso de espaldas para así empujarlo contra la cama.
El menor se encontraba nervioso, no sabía que le deparaba o lo que el joven le fuera a dar de castigo.

Harry sintió como el castaño ponía sus manos de cada lado de sus costillas y con estas recorria su cuerpo de forma lenta hacia abajo.
Un escalofrio y pequeñas cosquillas lo invadian al sentir el tacto de sus duras manos sobre su cuerpo y por alguna rara razón, quería gemir, le estaba gustando.
Las manos del mayor llegaron hacia su trasero y ahí se detuvieron. Sin delicadeza alguna, el chico levantó su falda y lo despojó de su ropa interior.

sus gluteos quedaron al aire y un pequeño viento le hizo poner los pelos de punta. A sus espaldas escuchó como Louia parecía estar a punto de quitarse el cinto de su pantalon y cuando estaba por reclamar sintió un fuerte golpe en estos.
Nuevamente el artefacto de piel gruesa dio contra su trasero y un grito salió de sus labios.

—Esto es por portarte mal ante los invitados.— Informó el castaño mientras volvía a pegarle más fuerte.

—¡Prometo portarme bien! ¡Por favor, no sigas!— Rogó evitando hacer evidente que iba a llorar.

No hubo respuesta positiva, puesto que el mayor tomo más fuerza y velocidad, al chocar su piel con la del cinto, se escuchó por todo el lugar, su piel estaba roja a pesar de haber recibido apenas tres golpes.
Sus ojos estaban llenos de lágrimas y ahogaba sus llantos en un fallido intento de ocultarlos. creía que se iba a detener, pero no, con rapidez le proporcionó otras tres nalgadas.

Tiró el cinturón al suelo y a paso lento se acerca al castaño, con cuidado se recostó de lado junto al chico y paso sus brazo por encima, para voltearlo, dandole la espalda y apegandolo lo suficiente a él.Lo abrazó con fuerza y soltó un gran suspiro.

—Lo siento, Pumpkin, solo que debes ser un niño bueno para daddy.

Daddy- Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora