Epílogo

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Epílogo

— ¿Q-qué...? No, eso no puede ser. ¿Un bebé, aquí, en mi pancita?

—Así es Evie.

—O sea, un mini Bestita, ¿o una mini Evie? —la peli azul no pudo contener la emoción, las lágrimas resbalaban por sus ojitos—. Ben, ¿escuchaste eso? ¡Vamos a ser papás! —el rey sonrió y se acercó a su esposa, abrazándola y depositando un beso en su cabellera.

Quien podría imaginar que unos años después todo ese amor que se profesaban daría sus frutos.

[...]

—E, tenemos una situación aquí —le informó su esposo. Quien se quedo observando como ella se ejercitaba junto a su hijo menor.

— ¿Sí? Dame un momento cielo —le pidió ella agachándose hasta tocar los pies de su hijo, Alexei, y luego subiendo sus manos para que el saltara e intentara alcanzarlas. Evie sonrió con encanto cuando el niño logro lo indicado.

—Mami, ¿después de jugar puedo pedirle a la cocinera que me prepare un pastel de chocolate? —para él, se suponía que "jugaban", pero en realidad la reina había encontrado una forma de quemar calorías y agotar a los más pequeños. La rutina diaria perfecta; ella asintió consintiendo a su pequeño príncipe—. Pero recuerda compartir con tus hermanas, y guárdale un trozo a tu nono Chip.

Ben esperó pacientemente a que terminaran sus ejercicios, cuando la reina se desocupó se acerco a ella y le robó un pequeño beso. Causando que ella se riera ligeramente.

— ¿Qué sucede? —preguntó sonriente, pasando una toalla por su cuello y sacudiendo sus extremidades para evitar un calambre. Se soltó el cabello y se quitó la chaqueta de gimnasio, uno de los sirvientes le paso la corona y se llevo la prenda de ropa. En el camino pudo tomar agua y refrescarse, Ben la acompañó todo el tiempo.

—Tienes que verlo por ti misma...

La guió al jardín, en donde la mayor de sus hijas sostenía en sus brazos algo cubierto por una sábana.

Celeste había tendido una carpa de picnic en el pasto a lo lejos, y estaba trenzando el cabello de Helena mientras ambas con curiosidad esperaban por lo que fuera a decir su madre.

Evie se acercó a Andreine, y miró con nerviosismo el bulto que cargaba su hija.

— ¡Santa madre del cataclismo! —Gritó su madre con sorpresa y un atisbo de temor en su voz—. Diamond, eso es, ¿un oso?

—De hecho es un osezno, y es niña, estaba cabalgando cerca del bosque cuando la escuche llorar... no debe tener más de unos días de nacida, ni siquiera ha abierto los ojos, y no vi a su madre, yo. No tuve corazón para dejarla ahí a su suerte, mamá, ¿puedo conservarla?

—Hija, tienes que entender que es un animal salvaje y, es una mascota, algo... peculiar, además, ¿no crees que ya tienen suficientes mascotas?

—Mamá, yo solo tengo tres caballos y un cerdito llamado Larry Steve. La de las mascotas raras y exóticas es Helen, ella tiene una oveja, un hurón, dos perros, un sapo, una iguana, un camaleón y ese cebrasno gruñón llamado Ajedrez.

Touché.

—Bueno, la culpa de eso la tiene tu padre —Evie miro de reojo a Ben, quien previniendo una masacre se puso a jugar con Helena y Celeste. Evie suspiró—. Okey, pero no podrá vivir aquí, tiene que estar en algún refugio o zoológico —Andreine hizo una mueca, cosa que a ella la derritió—. ¡Muy bien, muy bien! Se quedará, pero al crecer debes comprender que—

Open It When...  ►TERMINADA◄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora