¿Es eso lo que vas a decir?

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Johanna

Decir que estoy aterrada es una cosa y otra muy diferente en como me siento.
Sólo quedan como mucho un par de horas para llegar al hogar del padre de Jess.

Y por lo que parece Jess está tan cagada como yo, pero obviamente son por motivos diferentes.
Ella está cagada porque cree que el hecho de que lleguemos un día tarde a su boda es preocupante, pero yo intento tranquilizarla como puedo.

- Jess no se va a anular la boda porque lleguemos un día tarde.

- No llegamos un día tarde llegamos unas horas.

- Sabes que no vas a poder casarte hoy, ¿verdad?

- No, vaya, que sorpresa, no lo sabía - la miro realmente sorprendida, ella no suele hablarme así.

Comprendo su estado de ánimo hasta lo comparto pero me quedo realmente bloqueada después de eso, no me lo esperaba.

- Lo siento Joh estoy nerviosa y sabes que no suelo controlar este estado.

- Tranquila está bien.

Pero dejamos de hablar sé que no es bueno que la siga hablando se acabará enfadado y yo no volvería a dejar que me hable así y ella lo sabe, por eso calla.

El motivo por el que estoy nerviosa no es él, el motivo es que llevo casi cinco años sin ver a mis padres, sin ver a mis amigos más que a Jessica y tengo miedo a que vean en mí algo que no les guste, algo que les decepcione.

No quiero ser dada de lado, sé que nunca lo han hecho pero he cambiado y sé que todos ellos también.
Quizás ya no aguanten mi carácter o simplemente se cansen de mí.

Llevo cinco años siendo marginada por ser una mujer en una guerra de hombres y no podría soportar que mi carácter combativo y cansino acabara con la paciencia de la gente a la que amo.

- No les hartarás te lo aseguro. Si yo llevo cinco año pegada a tu culo, ellos que llevan cinco años sin verte no te dejarán ni moverte.

- ¿Acaso me lees el pensamiento?

- No, solo te conozco más bien que a mí misma.

Sonrio y niego con la cabeza porque no puedo rebatirselo.

De repente Van y Kiki comienzan a dar brincos y relinchar.
Jessica y yo nos miramos extrañadas - Deben de haberse asustado- me comenta Jess , pero ambas sabemos que no se han asustado de algo pequeñito,  ya que han visto las cosas más desagradables que cualquier persona quisiera ver.

Vuelven a relinchar y me bajo de Van y comienzo a acariciarle el hocico. Jess hace lo mismo y nuestros sementales empiezan a calmarse pero esto es muy extraño.

- No sé qué les pasa pero tampoco me quiero quedar aquí averiguandolo y perdernos tu boda.

- Joh no es normal no he querido decírtelo antes pero tengo la sensación de que nos están siguiendo desde el asalto de esta mañana. ¿Qué pasa si nos han seguido?¿Y si quieren llegar a mi hogar y destruirlo?

- No te preocupes en  tu hogar hay más guerreros que en una batalla, por eso no te preocupes.

Me fastidia mucho el hecho de que estuviera tan ensimismada en mis cosas que ni siquiera me he dado cuenta de ese detalle de angustia que muestra Jess y sus continuas vueltas de cuello.

Me cabreo conmigo misma y me subo a Van, le digo a Jess que haga lo mismo y emprendemos una carrera para ver si algo nos sigue.

Al rato nos paramos, no llevamos ni diez minutos al galope pero ha sido suficiente para ver que sí nos siguen y no sólo una persona sino varias.
Hemos oído a más de un caballo y estamos decididas a perderlos antes de llegar a nuestro destino.

No te dejaré, no otra vez. Guerreras Maxwell. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora