Un pequeño engaño

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Liam

Decir que estoy sorprendido por ver como la joven más hermosa que conozco camina hacia mí, agarrando con fuerza sus armas, sería mentir. En realidad, estaba deseando que llegara este momento, momento en el que después de que intente matarme, podamos hablar.

Comprendo porque me odia, yo mismo lo hago. Sé que lo que hice para ella no tiene justificación y supongo que tiene razón no debí hacerlo, pero lo hice y lo hice por el estúpido sentimiento egoísta que me envuelve cada vez que se trata de ella.

Jessica era una molestia, siempre me impedía acercarme a Johanna y SIEMPRE me repetía hasta la saciedad que ella jamás me vería de la misma forma que yo a ella.

Nunca me he llevado bien con Brendan a pesar de haber sido el mejor amigo de su hermano, no conectábamos y éramos tan diferentes como iguales.

Supongo que aquel día junté mi desprecio por Jessica y mi odio mutuo por Brendan y explotó la bomba, bomba que provocó que la única mujer que le da sentido a mi vida estuviera incluso aún más lejos de mi alcance.

Antes de lo que me doy cuenta tengo a Johanna ante mí, su mirada refleja rabia y su postura junto con la fuerza con la que agarra sus armas me indican que está dispuesta a expulsarla y acabar con el causante de ella, o sea, yo.

Está frente a mí, parada, no dice nada y sé por experiencia que se está controlando y más cuando el estúpido de Trevor se pone de espaldas a mí y mirándola le dice:

- Prima, no merece la pena. Es un desgraciado sin corazón, - vaya, gracias hombre y pensar que me caías bien- no es necesario que pierdas los estribos, nosotros nos ocuparemos de él... - y esa fue la gota que colmó el vaso de Johanna.

- Quítate del medio, ¡ahora! - Intenta moderar su tono de voz pero no lo consigue con la última palabra- No necesito que NADIE se ocupe de mis asuntos y él ahora es mi problema, no el vuestro. Y hazme caso él sabe muy bien en qué problema está metido. -Tras estas palabras no puedo más que sonreír porque tiene razón, sé que estoy en un buen lío y también sé que por cabreada que esté no me hará nada.

Trevor se quita del medio y vuelve a darme vía libre para mirar directamente a los ojos que me han hecho sufrir tanto.

Tras ella está toda su familia y amigos, aunque no les presta atención porque solo dirige su mirada hacia mí y cuando me dispongo a hablar, ella se me adelanta.

- Fuera y con un arma.

- Así estas en desventaja, que luches con solo uno de tus sables no te va a beneficiar. - La gente está completamente callada y escucha con atención nuestra conversación hasta que Duncan, como "buen padre" que es, enfatizo las comillas, habla.

- Eres un malnacido que encima tiene la poca vergüenza de decir semejantes gilipolleces. No he visto luchar a mi hija en años, -mientras suelta su discurso se posiciona junto a Johanna e intenta interponerse entre nosotros pero Megan le frena, supongo que sabe lo que pasa por la cabeza de su hija- sé que es una excelente luchadora, pero es mi responsabilidad y seré yo quien luche contra ti.

Me adelanto a hablar antes de que lo haga otra persona: - Me temo que se equivoca, su hija no le va a dejar luchar y yo no pienso hacerlo con usted, sería demasiado rápido.

- Cállate Liam, si no quieres que después de que Johanna te de una paliza, te deje yo sin los pocos dientes que te queden.

- Mira Bodrick, Johanna ya está aquí y no necesito fingir que te tolero asique cállate y habla cuando te den permiso los adultos.

Mi comentario hace que más de uno se sorprenda y que yo sonría inocentemente.

El hecho de que sea dos años mayor que Bodrick siempre ha sido motivo de regocijo para mí y motivo de disgusto para él y esta no es una de menos. Se adelanta, baja su mano a su espada y la saca, pero se frena cuando alguien más rápido que él me pone un acero contra el cuello y todas las mujeres ahogan una exclamación de horror menos las que ya sabemos que son puras guerreras.

No te dejaré, no otra vez. Guerreras Maxwell. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora