Hazlo

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Johanna

Me lanzo con tanta ansiedad a su boca y tan repentinamente que le tomo por sorpresa, me sujeta pero no mueve sus labios, por ende yo dejo de mover los míos y me separo.

Me mira como si tuviera un ojo de más, me doy cuenta de la estupidez que acabo de cometer y me dispongo a levantarme, pero en cuando lo hago me sujeta con más fuerza y me gira la cara para que le vea.

- Me has pillado por sorpresa pero esta vez no te vas a escapar. -Y en cuanto termina de hablar estampa sus labios contra los míos.

En esta ocasión ambos movemos los labios, que se mueven en sincronía, se conocen y se echaban de menos.

Pierdo conciencia de cualquier cosa que hay a nuestro alrededor, solo siento sus manos en mi cadera, sus labios sobre los míos y como su entrepierna va creciendo poco a poco.

Nuestros labios se mueven al compás y en mí explota una bomba de sensaciones cuando introduce su lengua en mi boca y cuando nuestras lenguas se tocan cientos de mariposas suben por mi estómago.

No soy una experta en esto pero toda experiencia que tengo se la debo a él. Cuando estábamos juntos nunca llegamos a nada más allá de los besos, éramos unos críos. Por eso, me sorprende cuando me levanta y mientras nos besamos nos gira y me pone debajo de él en la cama.

Continúa su exploración bajando por mi cuello provocando que se me escape un gemido, que me sorprende tanto como a él que levanta la cabeza, asombrado. Me regala una sonrisa de lado y continúa con su exploración.

Besa mis pechos por encima de la camiseta e involuntariamente elevo mis caderas que chocan con su entrepierna, gimo de forma desproporcionada y Bodrick eleva su mirada y dirige sus labios a los míos para acallarme.

Le devuelvo el beso ferozmente y cuando dirige sus labios a mi oreja aprovecho y comienzo a besarle el cuello, dejando pequeños besos y algún que otro mordisco.

Mi incursión por su cuello provoca que en vez de decirme lo que me fuera a decir al oído, oigo salir de sus labios varios gemido que me excitan más todavía y me incitan a seguir.

- Si sigues así - hace una pausa después de que se le escapara un gemido tras la última palabra- vas a provocar - otra pausa seguida de un mordisco en mi lóbulo que me hace gemir excitada - que te haga el amor - ahora baja a mi cuello y se recrea en mi clavícula, yo no paro de moverme ansiosa bajo él, provocando que nuestras caderas choquen y ambos gimamos- aquí y ahora.

- Hazlo - Le digo con la voz apagada por la excitación. No lo dudo dos veces, siempre he pensado que si tenía que ser con alguien sería con él y aunque multitud de gente piensa que soy una mujer más que experimentada, soy más virgen que María.

Me mira a los ojos y me sonríe y poco a poco se agacha para besarme y llevar a cabo mi petición, pero justo cuando estamos a un centímetro de distancia, mirándonos a los ojos, alguien toca la puerta.

- ¿Joh estás aquí? - Es Jessica y en cuanto la oímos nos quedamos congelados donde estamos.

Bodrick sobre mí, con nuestras piernas enlazadas y a solo un centímetro de distancia el uno del otro.

- Voy a entrar. - Jess avisa y en cuanto oímos la advertencia nos separamos rápidamente y cada uno se dirige a una zona de la habitación.

Cuando Jess abre la puerta yo me he posicionado en la zona derecha de la habitación, donde está el hogar y el armario y Bodrick ha llegado a la zona izquierda donde está la ventana y la bañera vacía.

Al vernos a los dos en la habitación y tan sobresaltamos, abre los ojos sorprendida y tan rápido como ha abierto la puerta, la cierra pero se queda ella dentro.

No te dejaré, no otra vez. Guerreras Maxwell. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora