19. Final

145 15 5
                                    

Canción en multimedia completamente pensada para el final de esta historia. ¡Disfruta la lectura!


Erin desapareció al tiempo que la nieve lo hizo.

Así, sin más. Había logrado volver a Erik y despedirse de él en la primera y última nevada del año.

Después de que Erik cruzará el extraño portal que lo regresó al mundo mortal, no supo más de ella. Se encontró con Estefa y Caitlin que corrían hasta su encuentro. Las abrazó con cariño, con todas las fuerzas que quedaban en su adolorida alma.

No fue necesario explicar lo ocurrido, ambas chicas sabían la forma en que las cosas debían de ser. Aún así, no pudieron evitar llorar cuando se reunieron con Gary y Holly que los esperaban fuera de esa casa con el jardín secreto.

Erin Wood había muerto.

-¿Qué pasará ahora? -preguntó Caitlin al llegar a Bibury.

-Supongo que todo se ha acabado -respondió Estefa bajando de la camioneta.

Erik la siguió y después Caitlin también bajó. Holly y Gary se quedaron dentro, sin decir nada.

-¿Creen que algún día olvidemos esto? Porque tengo miedo de que algún día lo hagamos -preguntó Estefa con la voz entrecortada.

-No lo haremos -aseguró Erik-. No olvidaremos todo lo que hemos pasado y mucho menos a la reina de ojos azules.

-Nuestra reina de ojos azules... -susurró Estefa.

-Nuestra reina de ojos azules -repitió Caitlin con una lágrima rodando por sus rosadas mejillas.

-Mi reina de ojos azules.

Erik miró hacia el cielo, el sol comenzaba a salir de entre las colinas. Pensó en Erin sonriendo como aquella noche que durmieron juntos en su casa de herramientas, la primer sonrisa sincera que le compartió.

-¿Cómo es que alguna vez deseé olvidarla? -preguntó con una sonrisa triste-. Conocerla es lo mejor que me pasó. Amarla es lo mejor que pude haber hecho.

* * *

Erik corrió escaleras arriba en busca de Estefa y Holly..

-¡Vamos! -gritó tocando la puerta-. ¡Ya están todos allá afuera esperándolas!

-¿Todos? -preguntó Estefa asustada desde dentro de la habitación.

-Todos -aseguró-. Incluso Caitlin está esperando con el ramo.

-¡Lo siento! Ya casi estoy lista.

Erik esperó un minuto más hasta que la puerta fue abierta. La mujer de blanco era la más bella que había visto jamás, después de su madre, claro.

-Hermosa -susurró incrédulo.

-¿Verdad? -preguntó Estefa con una brillante sonrisa.

-Basta de halagos -pidió Holly-. Retrasan mi boda.

-Lo siento, perdimos mucho tiempo arreglándote. Casi no termino conmigo -rió Estefa.

-Tú también luces hermosa -aseguró Erik tomando la mano de la chica mientras Holly bajaba detrás de ellos.

Al llegar a la puerta que da al patio, Erik soltó la mano de Estefa para que se uniera a Caitlin y Lena, las tres damas de honor con sus vestidos lila y ramos de tulipanes. Caitlin entregó el más grande a Holly y cuando la marcha nupcial comenzó a sonar, ellas caminaron lentamente por la alfombra que llevaba al altar, mientras todo el pueblo que había sido invitado, sonreía.

-¿Lista? -preguntó Erik ofreciendo su brazo.

-Lista -respondió Holly entrelazando su brazo al de ella.

-Ella estaría muy feliz de verla así -aseguró Erik.

-Esta aquí, viendo todo, lo sé. Incluso le he dejado un vestido en su habitación, sé que no le gusta usarlos, pero este le gustaría.

Erik casi pudo verla delante de ellos con un lindo vestido y el cabello en cascada, caminando orgullosa. Sonrió y apartó la vista, saludando a la abuela que lloraba como si fuera la primer boda de su hija.

Las damas ocuparon sus lugares y ellos llegaron al altar.

-Cuide bien de ella, es la madre de mi más grande amor. Si le hace daño yo me aseguraré de hacerle el doble -sentenció Erik.

-Lo haré, Devine -aseguró Gary con una sonrisa.

Erik le devolvió la sonrisa y fue a ocupar su lugar junto a Estefa. Cuando la ceremonia comenzó, no pudo evitar observar el asiento vacío a su izquierda y el ramo de tulipanes, esperando por ella.

-¿Quién diría que acabarían juntos esos dos? -bromeó Estefa.

-No puedo creer que hayan esperado tres años para casarse -respondió Erik con una ligera risa.

-Shh -los regañó Caitlin-. Adoro las bodas y ustedes no me dejan disfrutarla.

-Coincido con Caitlin -murmuró Lena.

Los chicos se rieron por lo bajo mientras la ceremonia seguía su curso. 

Al anochecer, después de la cena, la pista era ocupada por los novios. Todos observaban mientras la banda tocaba.

Erik estaba solo en una mesa ya que las damas iban de aquí para allá organizando todo.

Sonaba I go to sleep de Sia cuando el se levantó y fue hasta el altar montado tras la casa. Allá todo estaba oscuro y solitario, la luna era lo único que le permitía ver que el lugar que Erin debería haber ocupado esa tarde, seguía vacío. La canción le hizo pensar en ella. Pensó tanto en ella, deseándola tanto, que esa conocida punzada en su pecho apareció. La misma que le causaba pánico por las noches al saber que nunca más la volvería a ver.

-Prometiste volver cada primera nevada. No lo has hecho -le reprochó con dolor-. La vida pasa lenta y aburrida sin ti aquí, ¿sabes? -hizo una pausa-. Me salvaste, pero yo no pude salvarte a ti.

Siguió el camino hasta el altar y ahí se quedó de pie.

-Es cierto, todo acabó. Pero te extraño tanto. No he dejado de amarte ni un segundo.

Erik sintió algo derretirse en su nariz. Fue entonces que vio ligeros copos de nieve cayendo. Volteó por instinto hacia el asiento de Erin y entonces se dio cuenta que el ramo ya no estaba ahí.

-¿Será posible..? -se preguntó mirando en todos lados-. ¿Estás aquí?

Los copos de nieve aumentaron como por arte de magia.

-¿Erin?

Oía las risas de las personas en la fiesta, la nieve también los había tomado por sorpresa. Lo sabía, era ella.

Las hojas secas crujieron como si alguien se acercará por detrás de el altar, justo delante de él. Su corazón latió a mil por hora. Distinguió ese olor tan peculiar a fresas y algo más.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y las manos le sudaron.

Vio una sombra delante de él. Un vestido lila brillaba debido a la luz de la luna, al igual que dos perfectos ojos azules.

Lanzó un suspiro de emoción y sonrió como no lo hacía desde hace mucho tiempo.

-¿Por qué tardaste tanto?

La sombra delante de él también sonrió.


FIN.



Regresar|Libro II #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora