14.

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-¿Dónde estoy?

Holly se levantó rápidamente del sofá frente a la camilla del hospital.

-¿Cómo te sientes?-preguntó Holly.

-Cansada -respondió.

-Gary me habló por la madrugada, dijo que ibas de camino a casa cuando te sentiste mal y viniste aquí. Los doctores dicen solo estas cansada. Te recuperarás pronto.

-¿Sabes desde qué hora estoy aquí?

-Desde ayer por la tarde.

Erin se dio cuenta que su madre no sabía nada de lo sucedido. Gary había inventado una buena mentira. Tendría que agradesercelo más tarde.

Se había "desmayado", eso le explicaba a su madre el golpe en la cabeza, mientras no viera sus piernas estaba a salvo.

-Te noto seria, ¿me ocultas algo?

-Nada mamá, trató de recordar que me pasó -respondió.

-Bien, iré por algo de ropa a la casa para que te cambies.

Erin asintió.

-Por cierto, ayer mientras tomaba mis cosas del tocador, lo empuje y el espejó cayo sobre mis manos. Me corte, es por eso que hay sangre. No te alarmes.

-De acuerdo -respondió Holly.

Salió de la habitación dejándola sola. En completo silencio, miraba de un lado a otro sin saber que hacía, que pensaba, preguntándose constantemente cómo podía seguir respirando.

Caitlin entró a la habitación como si estuviera escondiéndose de alguien. Le sonrió cuando cerró la puerta con cuidado.

-Hola -saludó aún con la sonrisa en los labios.

-Hola -respondió Erin, sonriéndole de vuelta-. Antes de que lo preguntes, estoy bien.

-Me alegro -respondió Caitlin-. Cuando preguntaron por tus heridas, dijimos que habías sido asaltada en una visita a Bristol, y a tu madre que te desmayaste por exceso de cansancio.

-Gracias -volvió a sonreír.

-Quedaste agotada después de lo que pasó, por eso te desmayaste. Así que es cierto, de alguna manera.

Erin asintió. Caitlin se sentó en la base de la ventana a un costado de la camilla.

-Esta nevando -advirtió Erin viendo a través de la ventana, detrás de la cabellera fuego de Caitlin.

-Es la primera nevada del año -anunció Caitlin.

-Es precioso -murmuró Erin.

Ambas se quedaron en silencio unos segundos. A pesar de ser completas desconocidas apenas hace unos días, ahora la relación que tenían antes de que ella fuera borrada, había vuelto. El silencio ya no le incomodaba. Aún así lo rompió:

-¿Dónde esta Estefa? -preguntó.

Caitlin la miró y sopeso la respuesta que le daría unos largos segundos.

-Esta en casa, arreglando unos asuntos -respondió al fin.

Erin tan sólo asintió y se rascó la mano con cuidado.

-La intravenosa me esta causando comezón -dijo.

Caitlin supo que quería cambiar el tema, así que comenzó a hablar sobre la universidad. Y así pasaron las horas...

Estefa nunca se apareció. Ni siquiera en la sala de espera.

* * *

Al día siguiente, mientras la mudanza llegaba a la casa Wood, Erin logró escabullirse por la colina rumbo a casa de Estefa. Las botas impermeables eran un gran problema para sus heridas que aún no sanaban, incluso caminar le provocaba un dolor agudo en todo el cuerpo. 

Regresar|Libro II #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora