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Estefa caminó apresuradamente por los pasillos de la escuela, con un sobre tamaño carta color café entre las manos. Había salido antes de clases porque le directora la llamó para terminar de ver los últimos detalles del baile de bienvenida. Así que vio su oportunidad y no la dejo ir.

Sabía que Caitlin no tenía clase a esa hora y estaría en la biblioteca leyendo o haciendo cualquier cosa en espera de Erik. Los tacones resonaban en sus oídos y en las sobras tan solo se veía el olaje de su vestido verde.

Entró a la biblioteca nerviosa, las manos le sudaban. ¿Cómo sería posible explicarse lo que estaba próxima a revelarle?

La encontró en la última mesa, examinando el mismo libros escarlata que le había mostrado días antes. En la mano tenía una manzana igual de brillante que se llevó a la boca lentamente. Cuando se decidió a caminar el taconeo hizo que Caitlin la mirara. Inmediatamente se levantó tomando el libro y su mochila, lista para irse.

-¡No, espera! -le gritó mientras la chica caminaba hacia la puerta trasera-. ¡Caitlin!

-¿Qué quieres , Estefa? -preguntó con un tono aburrido.

Estefa sabía perfectamente que aún seguía molesta por lo de Katina. Ahora tenía que pasar los almuerzos escondida junto a Erik en quien sabe donde para que la molesta amiga de Estefa no la molestara. El rumor había comenzado a esparcirse rápidamente.

-Se que estas molesta...

-Lo estoy -coincidió.

-Pero, hay algo que quiero mostrarte -extendió el sobre en el aíre.

-¿Qué es eso? -preguntó acercándose lentamente a ella.

-Velo tú misma -le pidió.

Caitlin tomó el sobre y lo abrió lentamente. Le echó un vistazo y enarcó una ceja en dirección a Estefa.

-¿Fotografías? -preguntó con ironía.

-Obsérvalas bien, por favor -le pidió.

Caitlin sacó las siete fotografías y comenzó a pasar una por una sin creer lo que veía.

-Todas son del baile pasado -susurró Caitlin.

-Si...

-Y en todas esta Erin -Caitlin miró a Estefa buscando respuestas-. ¿Por qué?

Estefa se encogió de hombros.

-Mi madre las dejó sobre la mesa esta mañana, las revisé antes de venir. Estoy igual de confundida que tu. Lo curioso es que a mi madre no le sorprendió.

-Sabes que esto no tiene sentido, ¿verdad?

-Pues claro que no lo tiene -coincidió Estefa-. Yo no recuerdo nada sobre Erin Wood. Nada.

-No podemos decirle a Erik -le pidió.

-¿Por qué?

-Ya sabes que esta obsesionado con que olvidó algo, si le enseñamos esto creerá que es Erin.

-¿Y tú no lo crees? -Estefa enarcó una ceja.

-No. Erik no la tolera, no puede ser ella.

Estefa lo pensó un poco y después asintió.

-Esta bien, no le diremos nada.

Caitlin guardó las fotografías y le tendió el sobre a Estefa. Apenas lo había hecho cuando Erik entró a la biblioteca.

-Hola chicas -saludó.

Estefa y Caitlin se sobresaltaron al escuchar su voz.

-¿Qué es eso? -preguntó Erik apuntando e sobre.

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