Capítulo 12

3 0 0
                                    


Lágrimas pican detrás de mis ojos al no poder reaccionar con velocidad. Detesto quedarme paralizada frente al temor de fallarle a Zack.

Muevo mis pies con lentitud mientras la camioneta comienza alejarse de mí, camino un poco más rápido mientras niego con la cabeza desesperadamente hasta que siento que mi alma es arrastrada con fuerza por Zack por lo que mis pies me llevan a una velocidad que jamás he alcanzado hasta quedar cerca de la camioneta la cual va a una gran velocidad.

- ¡ZACK! – lloro y grito.

Siento que el viento me invita a mirar sobre mi cabeza y me llevo con la sorpresa de que una pequeña Zaida está sobrevolando con la escoba sobre mí.

No me da tiempo a reaccionar, ella simplemente grita lo suficientemente alto como para que la oiga.

- ¡Hagámoslo!

Sonrío con libertad al tener un pequeño brote de fe gracias a mi hermana pequeña.

La de cabello rosa pálido extiende una de sus manos apuntando a la camioneta en donde tienen a Zack junto con las peores intenciones que un humano puede tener. Pensamientos sobre actos atroces que sé que querrán utilizar en mi Zack.

Retengo la respiración cuando enormes cristales del color de cabello de Zaida se levantan imponentes destrozando el asfaltado de la montaña. La camioneta se queda sin ruta por avanzar y se detiene a diez metros de mí abruptamente.

Un borrón pasa por mí vista y oigo algo quebrarse con el sonido de una rama siendo pisada. Miro en busca del sonido velozmente para no ignorar del todo a la camioneta y sollozo al ver el cuerpo de Zaida tendido entre unos yerbajos.

¡ZAIDA!

Siento una terrible presión en el pecho. Zaida ha usado un gran poder sin suficiente práctica, fue mucho esfuerzo para ella.

Definitivamente estoy en una gran deuda con Terra, Becca y Zaida. Elena deberá oírme luego por traicionarme.

Respiro el aire a medida que me acerco a la camioneta, mi concentración se encuentra inclinada entre la vitalidad de Zaida y la esencia de Zack.

Me tranquilizo al sentir la vida de Zaida. No ha muerto, sin embargo, está sumamente lastimada y esos hombres, sean mi padre y el de Becca, sufrirán mi castigo.

El castigo de una bruja de las cinco grandes.

Pido auxilio al viento y éste azota la camioneta volcándolo con fuerza para desorientar a los secuestradores siguiendo exactamente mis deseos.

Me subo con dificultad sobre la camioneta inclinada y distingo la mata de cabello castaña de Zack. Pongo todo mi esfuerzo físico en tomar su brazo y jalarlo.

Zack se sobresalta al sentir mis manos sobre él y me observa asustado.

- Viniste. – dice con voz ronca.

Observo su bello rostro, sus ojos tienen el brillo maravilloso de la esperanza y reúno mis fuerzas para sacarlo de ahí.

- ¡Ahhh! – grita él.

- Estás herido. – digo con una mueca de impotencia y me acelero para sacarlo de allí para curarlo lo más pronto posible.

No fue él quien me respondió a ello sino una risa de hombre bastante esquizofrénica.

Percibo el olor del hombre y trago al notar que es el padre de Becca. No es que sea un hombre alto, grande y musculoso, pero lo que conozco de él es suficiente como para respetarlo.

Brujas - Almas SalvadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora