Había quedado con Terra en que ella se encargaría de llevar a Zack a la casa de Becca manteniéndolo seguro de mí y que yo llevaría Zaida en la escoba de nuestros ancestros.
Pobre Zaida.
¿Quién diría que una vieja escoba encantada se mantendría sin rasguños mientras que una de sus portadoras se encuentra con varios huesos rotos por caer de ella?
Cuando llego al patio de Becca mis ojos se fijan en los cuerpos ensangrentados los cuales habían teñido las flores blancas de su madre y notablemente todo el pasto bien mantenido por la misma mujer.
La puerta de la entrada está cerrada por lo que aviso a Becca que el intruso soy yo mediante el viento, aunque sé que probablemente ya ha percibido mi característica esencia.
La puerta frente a mí se abre de golpe enseñándome a una chica de cabello color rojo carmesí. Su rostro se enfunda en cólera cuando nota a la chica a la cual sostengo sobre la escoba.
- Hay que invocarlo. – digo sin rodeos.
Becca evita sonreír con dificultad debido al temor por ver a Zaida tan herida a pesar de que invocar a Satanás le produce la sensación de mil mariposas en el estómago y ni ella misma puede ocultar su felicidad por verlo.
Mi hermana mayor atrae la escoba hacia sí misma sin la necesidad de tocarlo. La blanca y tersa mano de Becca rodea el rostro de Zaida y veo como las lágrimas se juntan en sus ojos aunque no saca su sonrisa de felicidad anticipada por ver a Belcebú.
- Él te sanará, amada hermana. – besa los labios de una inconsciente Zaida – Él nos ama y no dejará que te consumas por el dolor. – susurra.
Miro la escena con una diminuta sonrisa, Becca tiene razón, Satán no dejará que Zaida sufra por más tiempo.
Olfateo el aroma de Terra, la lavanda medio amarga envuelve el laurel y la menta que tiene Zack impregnado en su esencia. Siento un pellizco en mi pecho al ver que Terra tiene la mano Zack entre una de las suyas, sin embargo, me limito a no decir una sola palabra.
Entro al recibidor y observo a Becca quién acaricia el rostro de Zaida constantemente.
- En mi habitación. – dice ella sin apartar la vista de nuestra hermanita y todos subimos las escaleras mientras Becca arrastra la escoba sobre su cabeza con magia.
Abro la puerta de su habitación y no me detengo a pedir permiso para entrar sino que arraso hacia en busca de algo específico entre sus cosas mientras Becca baja con cuidado a Zaida de la escoba con la ayuda de Zack quién termina haciendo todo el trabajo tomando a mi pequeña hermana como una delicada princesa y no como una bruja oscura con el alma manchada como las cinco.
- ¿Y Elena? – escucho en el tono neutro de Terra una pizca de recelo.
Dejo de hacer lo que hago al oír el nombre de esa vil arpía.
Era mi mejor amiga.
¿Cómo pudo ponerse tan fácil en contra de sus hermanas?
¿Llegar al punto de pelear con Terra?
- Morgana. – llama Becca mi atención sin responderle a Terra.
Observo el cuerpo de Zaida con seriedad, luce pálida hasta quedar fuera de la escala de lo normal incluso para seres sobrenaturales como nosotras.
Sigo rebuscando entre los cajones de Becca, hasta que al fin doy con lo que buscaba. Estaba segura de que lo había visto en su habitación no hace mucho tiempo.
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Brujas - Almas Salvadas
Teen FictionCinco brujas llegaron al mundo sin vida en distintos años, los pocos lacayos humanos del rey del infierno creyeron prudente intentar regalar sus almas junto con atroces sacrificios, las cinco fueron perdonadas por entes malignos y a consecuencia cre...