Capítulo 13.

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El alba me pone de mal humor, más aún cuando bebo sin parar, como lo estoy haciendo desde que llegué aquí. El sentimiento de ser una cobarde era lo que más me atormentaba. Normalmente recurría al escape cuando sentía que las cosas se salían de mi control.

Había recibido llamadas de todos mis amigos, inclusive tenía dos de Damon, cosa que se me hizo muy extraña, pero no me daba la suficiente curiosidad para devolver la llamada y preguntar qué quería.

Observo la hora, 5:47 a.m. 

Probablemente haya gente como yo, con el sueño apenas rozando los párpados, sin querer aparecer por completo para darme horas de tranquilidad ante el desastre que hice.

Camino por toda la habitación con impaciencia, esperando que sean al menos los 8, para pedir un desayuno decente. El tiempo pasa más lento de lo que yo quiero, tanto así que ya he contado cuántos artículos hay en la habitación al menos cinco veces.

Cuando el reloj marca las 8:08 a.m. decido pedir el servicio a la habitación, negándome a dejar estas 4 paredes que me resguardan de aquella realidad dolorosa. Apenas cuelgo, una idea surca mi mente y antes de que pueda desecharla, tomo mi teléfono y le marco a Mike.

- Necesito que me ayudes a encontrar a Ashton - Digo nada más él descuelga la llamada.

- ¿Alguna razón en específico? - Pregunta cuidadoso, como si estuviese tanteando el terreno conmigo.

- Información - Me abstengo de decirle que en realidad quiero buscarlo y que me diga a la cara que no me quiere, que siempre me ha odiado, que nunca cambió y nunca lo hará, porque al menos así, dejaré de tener la estúpida esperanza sobre nuestra relación de hermanos.

- Está bien, apenas tenga algo te informo. - Cuelga y yo me tiro en la cama, pero el sonido de la puerta llamando me hace levantarme.

- ¿Cómo rayos se movieron tan ráp...? - Subí la mirada y mi celular cayo a mis pies.

-Hola, hermanita.

Ashton.

Mi cuerpo se queda paralizado ante la persona que está frente a mí. Sintiendo que el hecho es casi imposible, me froto los ojos con fuerza esperando que sea una alucinación por el montón de alcohol que ingerí y las horas de sueño que me hacen falta.

- Vete de aquí. - Las palabras salen de mi boca antes de que pueda pensar de manera razonable. Aunque antes quería encontrarlo, no esperaba que fuera tan pronto.

-Scarlett, déjame explic....- Le corté.

-No intentes nada Ashton. Solo vete, no sé cómo mierda me encontraste, pero ahora mismo quiero que te largues. - Alzo mis brazos cuando veo que quiere acercarse a mí y veo dolor en sus ojos. Frunzo el ceño.

- Yo te estuve buscando desde que te dieron el alta, antes de eso papá decía que estabas muy delicada como para que te perturbáramos y nunca hable con Madelein, no sé quién lo hizo, pero te juro por Mamá que no dije esas cosas - Al mencionarla, mi enojo en remojo sale a la superficie.

- ¡A ella no la nombres en vano, Ashton Dinovik! - Grito con rabia.

- Sé que ahora estás alterada, pero cuando quieras escucharme, solo llama - Un papel se extiende desde él hacia mí, sin embargo, no hago ningún esfuerzo por agarrarlo. Exasperado, lo dobla y lo mete por mi blusa antes de que pueda reaccionar.

- ¡¿Qué mierda?! - Lo empujo sorprendida.

-Solo llama pequeña. - Se da media vuelta y camina hasta el ascensor, me da una última mirada antes de entrar y sin preverlo, mis piernas corren en su dirección.

Scarlett Dinovik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora