Capítulo 8.

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- Vigílala Mike, no quiero que se mueva mucho por la cuidad. - Lo apunta con su dedo índice de forma acusadora, a lo que este asiente.

- Bien, cariño, me tengo que ir. - Bufo, siempre es así. - Cuídate. - Mueve sus brazos por los lados de mi cuerpo queriendo encontrar una forma cómoda de poder abrazarme, pero finalmente deja un beso en mi frente. Sale por la puerta con lo menos 12 guardaespaldas. No espero a que se cierre la puerta para fulminar a Mike con mi mirada, quien corre con expresión divertida a desatarme.

Les resumiré un poco. Apenas llegamos a casa, subí como una bala y enojada con mi padre, puesto que durante todo el camino tuvo el descaro de estar pendiente de su estúpido teléfono y sus estúpidos negocios. En el tiempo que tardarían en entrar, me di un baño y cambié por ropa más cómoda, pero nada más tocar la suavidad de mi cama, la puerta fue derribada. Los hombres de mi padre entraron, me sacaron a la fuerza y en la estancia de la sala me amarraron a una silla.

- Bien, necesito que me hagan un encargo. - Subo las escaleras, me cambio la ropa para salir y vuelvo a bajar donde todos me esperan atentamente. - Necesito una serie de sacos de boxeo lo más rápido que puedan y los dejen en esta dirección a la cual nosotros también iremos, andando. - Le paso un pequeño papel a Mike quien rápidamente toma su teléfono y hace las llamadas.

 - Le paso un pequeño papel a Mike quien rápidamente toma su teléfono y hace las llamadas

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- Hey, Luke. - Lo llamo apenas entre al gimnasio, este voltea y abre sus ojos como platos.

- Hola... ¿Qué haces aquí? - Pregunta curioso echando un vistazo rápido por detrás de mí.

- A traerte un regalo - Me encojo en hombros. Unos guardaespaldas se acercan y dejan caer unos sacos de boxeo relucientes.

- Sabes que no tenías por qué. - Habla de manera incómoda. Noto que mira repetidamente a mis hombres y tensa sus hombros.

- Chicos, intimidan a Luke, por favor esperen afuera. - Me miran dudosos a lo cual les devuelvo una dura y determinada. El único que queda es Mike y se postra cerca de la puerta.

- Bueno, hablando de otros pequeños detalles, espero que absolutamente nada de lo que hayan visto u oído salga de estas paredes. - Dejo una pequeña maleta abierta con unos cuantos billetes dentro. Me mira incrédulo y solo me encojo en hombros.

- No era necesario, ya lo había hablado con todos de manera personal, juraron no abrir sus bocas. - Me mira serio, pero vuelvo a encoger mis hombros.

- Es solo un intensivo. - Paseo mi vista por el lugar y se ve impecable con máquinas nuevas. - Nos vemos pronto Luke. - Me giro, pero su voz me detiene al segundo.

- ¿No vendrás hoy? - Niego con la cabeza aún sin voltear del todo. - Bien... nos vemos. - Asiento y salgo de allí con Mike.

- Vamos a comer por ahí, yo invito muchachos. - Algunos silbaron en modo de celebración y otros solo sonrieron - Pero yo manejo. - Sonrío maliciosa, los que van en el mismo auto que yo cambian su rostro a uno aterrorizado.

Scarlett Dinovik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora