Capítulo 12.

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A pesar del incómodo momento, nadie hizo preguntas. Aunque admito que, si las hubieran hecho, tampoco las respondería, ni yo sabía qué había pasado.

- Me alegra mucho tenerlos de vuelta, chicos. - Me acurruco en el pecho de Dean, mirándolos con cariño mientras una calidez se expande por mi cuerpo. - Aunque no entiendo cómo llegaste aquí. - Frunzo el ceño mirando a mi ¿novio?

Lora me lo dijo. - Señalo a Lauren con la cabeza. Decidimos llamarla así en momentos donde nunca se calla o suelta un secreto.

- ¡Lauren! - La fulmino con la mirada y ella hace un puchero. Está a punto de alegar cuando la puerta se abre con un estruendo, pero de lo fuerte se cierra nuevamente.

Ahogamos la risa que eso nos provoca, teniendo una idea de quién sería la única persona en hacer ese tipo de estupideces.

- Scott - Decimos al tiempo con burla.

La puerta se abre nuevamente, pero esta vez no es el torpe de Scott es...

- ¡Madelein! - Gritamos al unísono Lauren y yo. Esta pasa de largo y se tira hacia mi dándome uno de sus abrazos que te dejan sin oxígeno.

- A..air.. Aire... Madelein...- Susurro con mis últimos alientos.

- Oh, lo siento, dios mío, ¿Te hice daño? - Revisa mi cuerpo en búsqueda de alguna herida, aunque claramente no la va a encontrar, a menos que me abra el pecho y vea mi herido corazón.

- No, no te preocupes, pero ¿Cómo rayos es que estás aquí? - La veo con la confusión marcada en mi rostro - ¿Acaso hoy es el día de reaparecer sin decir nada o qué mierda?

- Bueno...- Se rasca la cabeza, pero antes de que pueda hablar finalmente entra Scott.

- No me digan que ya volvieron - Su tono de burla no me pasa desapercibido, soy consciente de que a Scott nunca le gustó la idea de mezclar los negocios con el amor.

- Bueno, pues no hay otra explicación - Me encojo en hombros de manera sutil.

- No nos desviemos del tema, habla Maddie. 

- ¿Acaso creían que podríamos separarnos sin más luego de eso? - Todos nos removemos incómodos, claramente el tema aún es una caja de Pandora que nadie quiere abrir. - Pues la verdad es que lo que les regalé en aquella última reunión, tenían rastreadores. - Dijo sonriendo orgullosa de sí misma.

- ¿Nunca pensaste en decírnoslo o qué? - Impacta, reviso la pequeña pulsera de oro blanco en mi muñeca que nunca me quito, ahora que lo recuerdo, entiendo perfectamente porqué pidió que no lo hiciera.

- Sabía que se negarían - Hace una mueca de disgusto - Pero no importa, valió la pena, estamos todos juntos de nuevo- Dijo sonriente.

- No todos- Susurro con dolor.

- Sobre él... 

- ¿Qué? ¿Acaso no quiso venir? - Me burlo mientras me trago mis lágrimas - No me sorprende, porque, aunque tengamos la misma sangre y me esté muriendo, no vendría a verme.

- Ashton... ¿E-Es tu hermano? -Pregunta con la voz en hilo. Recibe un codazo de Dean, pero no hace caso.

- Es mi hermanastro. - Antes de nacer, mi padre antes tenía una mujer, peleaban entre ellos y aparentemente esa fue la razón de su divorcio. Luego de dos años separados, cuando yo ya había nacido, se enteró de su existencia. Lo "arrebató" de los brazos de su madre, o al menos eso es lo que él cree, pues en realidad ella lo vendió a mi padre. Él siempre prefirió que Ashton pensara eso, a destruirle la imagen que tenía de ella. Desde que tengo memoria nunca le agradé, siempre me empujaba, me echaba la culpa de muchos de sus maldades y me amenazaba con contarle cosas mínimas a papá si decía algo, aunque después de cumplir mi mayoría de edad, dejó de ser tan brusco conmigo.

Scarlett Dinovik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora