Cap XVIII

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-¿Construiste una maquina igual a ella?- había gritado el peli azul, alterado.

Donde ahora se encontraban era el imperio que se había construido Murdoc para conseguir fama y dinero, que desde hace mucho había tratado de obtener para sobrevivir.

-¿Que no le estás viendo? no hagas preguntas estúpidas-

-¿Porque simplemente no la buscamos?- Stuart no quería hacer un nuevo disco sin ella, no le daría la espalda nunca.

-No sabemos si en realidad este en donde dijo que estaría- estaba perdiendo la paciencia

-Tú eras muy importante para ella Mundz- se acerco aun más a el verdoso - no le podemos hacer eso-

-"Era" ya lo dijiste- aparto a 2D de el -Cyborg, manda a face- ache a su habitación-

-No, espera. Murdoc- dijo con miedo al saber que regresaría aquel lugar que le hacía sentir claustrofóbico. Intento zafarse del agarre de aquella maquina pero era imposible debido a la poca fuerza que este tenía.

Al terminar de oír las ultimas suplicas del menor, Murdoc tomo su cara con su mano derecha, tumbándose contra el sillón dejando caer todo su peso

-Tengo que seguir trabajando- hablaba para si mismo de manera pesada - tengo que seguir escribiendo-

Después de algunos años, el azabache había intentado de varia maneras de llenar un gran vacío que no lo dejaba en paz en ningún momento. Buscando medidas desesperadas decidió volver a trabajar en su preciada música, anunciando el nuevo disco plastic beach.
Lo único que tenía que hacer es encontrar Stuart y obligarlo de alguna forma a escribir y su éxito estaría asegurado. Al menos con tantas cosas por hacer, su mente estaría ocupada, y en una isla, sin tener recuerdo alguno de algo sobre Noodle que lo distrajera seria mas fácil.

-Quiero que salgas de mi cabeza-
pensaba en ese momento de soledad, que no duraría mucho.
Cyborg se escuchaba acercándose al lugar, como una persona normal, no rechinaba o algún sonido extraño. Se acerco y se había puesto enfrente de su creador.

-El prisionero esta en su habitación como ordeno- hablo fria -¿Necesita algo mas, amo?-

El, había quitado su mano y la observaba de pies a cabeza, sin ninguna emoción aparente. Mientras tanto aquella maquina, al solo ser eso una maquina parecida a Noodle, no le incomodaba aquella mirada tan extraña que recibía.
Murdoc la tomo de la muñeca, acercándola mas y mas, observando sus ojos que no tenían ningún brillo. Con su otra mano la había tomado la espalda baja de cyborg, y como pudo hizo que se sentara de frente, sobre él. Su frente la había dejado reposar en el hombro de cyborg, pensando en cómo se sentiría si fuera la verdadera Noodle.
Sus manos ahora se encontraban en las piernas descubiertas recorriéndolas poco a poco y acercandose aun más hacia su bello rostro.

-Esto es patético- pensó

Se sentía tonto por tener a un juguete y no a una verdadera chica, es lo más bajo que había caído.
Rápidamente la aparto de él y tomo compostura, al igual que Cyborg.

-vigila la isla- grito, dirigiéndose a su habitación.

-Sí, amo-

Antes que pudieran irse, una fuerte explosión había echo temblar la isla, asustando al verdoso.

-Mierda-

.........

¿Por qué me pasa esto a mi? ¿Porque debe haber una ballena? quiero salir de aquí como sea. No quiero estar encerrado.

Stuart se quedaba paralizado bajo su cama por tanto temblor que la isla parecía hacer y aparte la ballena que parecía estarlo vigilando, lo alteraba. Su respiración se agitaba mas y mas, no parecía tener fin aquella tortura, durante aquellos días que estuvo ahí. Su necesidad de irse aumentaba a cada minuto.
Salió de su escondite con un poco de valor, decidido en buscar entre algunas cosas que Murdoc había dejado ahí pero que nunca había querido abrir, buscando algo con el que poder abrir la puerta. Buscaba cada vez mas rápido y desesperado tirando todo , en esas cajas había encontrado una llave grande que sería su única esperanza. La coloco a un costado de la puerta para poder forzarla, usando las fuerzas que tenia , intentaba romperla pero no funcionaba. Con una torpe patada que lo hizo caer y darse algunos golpes,pero pudo romperla, no paso mucho para ver que lo había echo y darse cuenta que las vibraciones ya no estaban. Salió de aquella habitación pensando que todo estaba mejor , ya casi sintiendo aquella brisa que le agradaba.
A cada paso que daba sentía un peso menos en el, antes de salir quería asegurarse de que Murdoc estaba bien , después de todo el era el único que sabia como salir de esa isla echa de basura y obviamente le preocupaba.
Al llegar a la entrada, el sol estaba en su punto máximo lo que hizo que frunciera el seño y que su vista se adaptara a la luz, hasta que sus ojos se lo permitieron ver, encontrándose con Murdoc observando a un Russel de 20 metros, dejándolo perplejo.

-Russel- grito emocionado.

El baterista y bajista voltearon a verlo.

-Stu- dijo igualmente feliz de verlo.

Corrió hacia ellos queriendo abrazar a su amigo, a medio camino se detuvo al ver que una chica bajando de la mano de su amigo. Al igual que él, Murdoc también se encontraba sorprendido ante tal aparición de aquella chica.

-Hola Mundz- lo tomo de ambas manos sin recibir respuesta alguna - cuanto tiempo sin verte- lo tomo del cuello para abrazarlo.

Unos pequeños segundos pasaron y el verdoso solo pudo poner su manos sobre su la espalda de ella.

-¿Dónde has estado?- no parecía reaccionar y solo hablaba por decir algo

-Eso te lo dije cuando me fui- rio por lo bajo -¿Que te sucede?¿Donde esta el Murdoc gritón?-

Una vibra diferente se sentía en ella, al igual que su físico parecía que algo mas había cambiado. Después de unos años había podido pasar por experiencias casi normales que alguien de su edad, hasta convertirse en alguna chica algo madura, valiente y superar todo lo que se le pusiera enfrente.

-Noodle- 2D grito de donde estaba parado para llamr su atencion.

-Stu- le devolvio el saludo

En cuanto ambos se vieron caminaron hacia donde estab el uno del otro, y Stuart con todas sus fuerzas la tomo y le dio un abrazo fuerte.

-Te extrañe mucho Nodz- habla emocionado.

- Y yo a ti toochie- se aparto un poco -pareció una eternidad ¿No lo crees?-


siempre te cuidare Donde viven las historias. Descúbrelo ahora