Capítulo 7: De otro mundo.

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Sin embargo, a pesar de la puerta cerrada, la conversación era perfectamente audible. Maya escuchó atenta, sin prestar atención al vaso de agua que sostenía cuidadosamente entre sus manos, ni al lugar en el que se encontraba.

—Su ropa, su mirada... ¿Ella no es de aquí, verdad? — reconoció la voz como la del chico rubio: suave, pausada y cálida.

—La encontré al otro lado del muro— fría y de pronunciación rápida, como sus movimientos, era sin duda la voz del otro chico.

—¿Cruzó el bosque?

Silencio como respuesta. En su mente, Maya veía como el chico de negro se encogía de hombros.

—Eso es imposible — volvió a hablar el rubio.

—Lo sé, pero si no, ¿qué hacía allí fuera, sola? Parecía completamente perdida... Parecía que no reconocía nada, que todo era nuevo para ella.

—Entonces ha vuelto a suceder. Debe venir de fuera.

Por como pronunció la última palabra, Maya interpretó que no se refería a fuera de la ciudad, sino fuera del bosque, o otro lugar que no era ese, otro mundo.

Detrás de la puerta regresó el silencio. Los dos chicos estaban pensando, suponía Maya.

—¿Como lo sabes? Pudo haber venido de aquí y... ¿Haber perdido la memoria?

—Me parece más probable que haya pasado otra vez. Que una persona venga de otro mundo...

Maya parpadeó sorprendida y prestó todavía mas atención. ¿A mas personas les había pasado aquello? 

—Eso es solo una leyenda — la afirmación sonó ligeramente dudosa, como si lo que dijera no fuera cierto pero deseara creer en ello.

—Sabes que no es así — había un deje de fastidio en la voz del chico rubio por la interrupción.

—No tienes pruebas.

—¿Acaso olvidaste lo del año pasado?

Un silencio tenso invadió toda la casa. ¿Iban a comenzar a discutir? Maya se removió incomoda en el sofá planteándose miles de cuestiones. Ellos sabían cosas, quizás tuvieran las respuestas a las que ella se hacía.

Pasaron varios minutos que se le hicieron eternos hasta que el chico rubio habló de nuevo, con voz más tranquila.

—Preguntémosle lo que le sucedió, así nos ahorraremos la discusión.

El pomo de la puerta comenzó a girar.

—Espera — el tono frio e imperativo detuvo el movimiento — Ella dijo mi nombre mientras soñaba.

—¿Y? — la otra voz parecía impaciente por interrogarla.

 —Yo no se lo he dicho.

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⏰ Última actualización: May 28, 2014 ⏰

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