No
sabes
cuantas
veces
me
rompiste.
No
sabes
cuantas
veces
me
dañaste.
No
sabes
cuantas
veces
me
humillaste
y
de
ti
me alejaste.
Pero
al
final
siempre
termino
amándote
igual
que
antes.
Porque
uno
también
es
de
donde
llora.