Tenía quince años
y despertaba cada día
deseando no haberlo hecho.
Pasaba cada día en su cama
deseando no salir de ella,
porque se sentía incómoda,
fea,
triste,
y cansada,
cansada aunque no sabía de qué,
ya que pasaba parte del día durmiendo.
Tenía quince años
y no esperaba nada de su futuro,
no se imaginaba a si misma
con una familia siendo feliz,
o estudiando lo que le gustaba,
porque,
tenía quince años
y había perdido el gusto por todo,
por las cosas que antes amaba,
por la música,
las fiestas y la playa,
por el mar,
la arena y la cerveza,
por la música que antes la salvaba.
Tenía quince años
y ya no lloraba,
ya nada la lastimaba,
nada la decepcionaba,
solo esperaba que,
la muerte se apiadara de ella
y fuera a buscarla,
solo quería que la salvara.
Tenía quince años
y siempre trato de seguir,
trato de luchar y ser feliz,
pero
cada día que sonreía,
la depresión esperaba la noche,
y sonreía pícaramente,
mientras la destrozaba lentamente,
y la vida cada vez
la golpeaba más fuerte,
y termino por vencerle.
Tenía quince años,
a punto de cumplir dieciséis,
encontró sus antidepresivos
escondidos en un vestido,
y tomo cada pastilla
a ver si de algo servía.
Tenía quince años
y decidió morir,
[215 pastillas]
y Annie prefirió no seguir.