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Todo duele

cada 

vez más,

cada

acción

cada

palabra

lastima.


La 

debilidad

es

inevitable,

igual

que

las 

ganas

de llorar.


Se siente

impotente,

quiere

cambiar,

pero

al otro 

día,

todo 

le vuelve

a

afectar.


Y así

se

pasa

los 

días,

sufriendo

por

cosas

mínimas,

llorando

por

cosas

que 

tal vez

no 

lo merecían,

pero

que

ella

la

lastiman.

Sí todos los caminos llevan a Roma, ¿Cómo se sale de Roma?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora