[1] JEALOUSY GAME [STAN]

6| REAL LIFE

Odessa estaba furiosa por el hecho de que debía salir de la cama a las cinco de la mañana para el primer día de grabación. Ahora mismo ella podría estar recostada en su cama mirando en repetición KUWTK, pero en su lugar estaba en cabello y maquillaje con una secadora de cabello con toda potencia frente a su cara.

Ella apenas podía escucharse pensar, había tanto ruido que no se percató cuando sus amigos llegaron y se sentaron a su lado, ella los notó cuando Robert comenzó a pinchar a Odessa con una de las varias brochas de maquillaje que estaban por ahí.

Ella se giró y miro al cast a quienes consideraba familia y una sonrisa en la cual mostraba sus dientes se apoderó de su cara.

—Gracias a Dios están aquí, no creo poder soportar otro maldito minuto este secadora de cabello—la castaña alabó mientras se lanzaba a Scarlett y Lizzie, quienes un poco sorprendidas, correspondieron el abrazo.

Después de muchos "Hola" y abrazos, finalmente todos se sentaron, todos bebiendo una clase de bebida con cafeína.

—Así que...—Chris fue el primero en hablar—. ¿Ya leíste todo el libreto?

—Por favor, Chris, soy la persona menos preparada en el mundo, no he abierto siquiera la primera página—dijo y Odessa notó que el grupo se ponía rígido, como si estuvieran asustados de decirle algo, que es lo que harían—. ¿Por qué?

Nadie habló, de hecho todos parecían encontrar la alfombra azul bastante interesante ahora mismo.

Odessa miró a cada uno de sus amigos, ninguno de ellos queriendo mover un músculo, nunca queriendo que sus ojos se encontraran. Hasta que ella se detuvo en Jeremy. Ella y Jeremy siempre habían sido buenos amigos, lo que también significaba que no podía resistirse a los ojos de cachorro de Odessa cuando quería saber algo.

Ambos se miraron a los ojos hasta que alguno se quebrara. Jeremy soltó un suspiro y comenzó a arrojar luz sobre el asunto en cuestión.

—Bueno, la cosa es que...

—Solo escúpelo, Jer.

—Bucky y Amalia ellos, verás, más o menos, terminan besándose—Jeremy tartamudeo mientras que cuidadosamente miraba a la expresión facial de la castaña, que de momento mostraba nada.

—Hijos de perra—Odessa gritó mientras se paraba de la silla de maquillaje y cabello y se dirigía donde los hermanos Russo.

Ambos hermanos pronto estuvieron en su campo de visión, al igual que una muscular figura que se paraba frente a ellos.

—Deben estar jugando—la figura habló, haciéndose más claro a al vez que Odessa se acercaba—. No puedo besarla.

Sebastian.

Odessa se paró a un lado de su ex, mirando a los directores.

—Por primera vez el idiota tiene razón—la atención se tornó del rumano a la inglesa—. No hay modo en la Tierra en al que este a menos de 2 metros de radios de distancia de este cabeza de mierda—Odessa dijo haciendo gestos en dirección al chico junto a ella.

—Lo siento—Joe comenzó—, pero debemos seguir los cómics hasta cierto punto y La relación de Bucky y Amalia es parte de ello.

Ninguno de los actores dijo nada mientras vieron a los hermanos caminar al set donde debían estar dentro de diez minutos.

—Esto es jodidamente fantástico—Odessa gruñó sin siquiera molestarse en mirar a Sebastian, sabiendo que este aún se encontraba a su lado.

—Puedes cortar el acto ahora—Sebastian rió.

—¿Qué acto?

—En el que pretendes que besarme es la peor cosa del planeta.

Odessa mostraba su confusión en su rostro mientras contestaba.

—Es porque realmente lo es.

—Oh, Odessa, todos sabemos que sigues obsesionado conmigo.

La actriz resopló de una manera poco atractiva.

—Ya quisieras. Tú estás probablemente tan obsesionado conmigo que tú solo sales con Martini para ponerme celosa.

—Primero que nada, es Margarita y segundo, no hay forma en la que tú me puedas poner celoso.

—¿Estás dispuesto a apostar en ello?

El chico se detuvo y lo pensó un minuto, antes de que una sonrisa se apoderara de su rostro.

—¿Qué es lo que obtendrá el ganador?

—Lo que sea.

Sebastian alzó ambas cejas ante la respuesta.

—¿Lo que sea?

Odessa dio unos pasos adelante, estando más cerca aún de lo que lo habían hecho en el transcurso del debate. 

—Lo que sea.

—Bien, el primero en ceder, pierde.

—Este es un juego de celos y yo saldré vencedora—dijo Odessa con una sonrisa cuando vio los ojos de Sebastian mirando sus labios por un corto instante antes de encontrar sus ojos con los castaños de la chica de nuevo.

–Sobre mi cadáver.

A este punto, Odessa podía sentir el aliento de Sebastian rozar sus labios de manera que tuvo que resistir el impulso de besarlo ahí en aquel mismo momento. Pero no había forma en que ella perdería minutos de haber empezado la apuesta.

Ella se inclinó en sus labios, escuchando su respiración dificultarse antes de que ella se detuviera. A milímetros de sus labios, ella susurró con una sonrisa floja en su cara.

—Eso podemos arreglarlo.

Después caminando en dirección en la que vio a los hermanos Russo ir, sabiendo que la mirada de Sebastian seguía cada uno de sus pasos.