19| REAL LIFE

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Odessa había estado temiendo hoy

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Odessa había estado temiendo hoy. Bueno, ella había estado temiendo cerca de doce horas. Hoy era el día en el que ella tendría que ver a su persona favorita en el mundo, Margarita Levieva. Excelente.

Ella no estaba esperando ansiosamente, por decir menos. Pero eso no era lo único que le molestaba, Odessa había tratado de hacer que le dejaran llevar a Easton al set de las películas de Marvel por años. Ambos, Easton y ella habían crecido leyendo los cómics, por lo que Easton estaba prácticamente obsesionado con cualquier cosa de Marvel. entonces, ¿por qué Sebastian tuvo el permiso de traer a su novia?

Había sido todo un reto salir de su cama esa mañana, ella contempló cualquier excusa o forma de no ir al set ese día, pero no había forma en la que ella pudiera salir de eso. Desafortunadamente.

Odessa se vistió con lo primero que encontró, después de todo cuando llegara al set, le pondrían su vestuario. Básicamente, eso significaba que usaría una camiseta de una vieja banda que Easton había dejado por ahí un día que la visitó, y un par de joggers que debió haber lavado hacía un par de días. Oh, bueno.

Después de ir a Starbucks, encontrarse con un par de fans y pasar los paparazzi, Odessa estaba oficialmente tarde, no es que le importara, eso significaba menos tiempo con Margarita.

Para cuando hubo llegado al set, la mayoría del cast ya se encontraba vestido y con otras cosas encima, así que cuando Odessa entró con su outfit, todo mundo la miró.

—¡Siento llegar tarde!—ella gritó a sus compañeros.

—¿Dónde demonios te habías metido?—preguntó Scarlett mientras la castaña se acercaba..

—Digamos que los paparazzi no son los mejores amigos de una chica.

Sentándose en su silla, Odessa dejó salir un suspiro. había olvidado acerca de la invitada especial hasta que Mackie amablemente se lo recordó.

—Si, yo sé de alguien más que no es mejor amiga de las chicas—dijo moviendo su cabeza en dirección a donde Sebastian estaba con Margarita sentada en su regazo.

—Excelente—gruñó, girando su cabeza, pensando en lo horrible que seria su día.

Robert caminó hacia Odessa y palmeando su hombro, le informó.

—Siento mucho tener que irme tan pronto, niña, pero se supone que debíamos estar en el set hace cinco minutos.

Odessa miró a todos sus amigos salir del trailer, dejándola a ella, Sebastian y Margarita.

—¿Podría este día ir peor?—se susurró, rezando por un milagro. Pero parecía que Robert no le daría un milagro, en su lugar abrió la puerta y se aproximó a la chica que estaba sentada en el regazo de Sebastian y gritó.

—Martini, tú, set, ahora.

Odessa miró el suelo con intesión de esconder las risas que le había provocado el hecho de que el apodo de Margarita se quedara. Además de que encontró la situación completamente hilarante, había una cosa que no había notado y era que Sebastian se encontraba en la misma habitación que ella. De hecho, estaba parado detrás de ella.

Cuando ella alzó la mirada al espejo, dio un brinco al ver a Sebastian tras de ella.

Sus labios rozaban su oreja, su aliento bloqueaba sus sentidos mientras susurraba.

—¿Algo divertido, amor?—preguntó con una sonrisa en sus labios.

Odessa sabía que era esto, era venganza en una de las formas más crueles, porque ella sabía lo que él estaba a punto de hacer. El suspenso la estaba matando y se quedó sin palabras.

Sebastian estaba complacido con el efecto que aún tenía en ella, como el que ella tenía en él.

—Me dejaste en una mala situación el otro día—dijo y Odessa lo miró a la cara la cual comenzaba a acercarse a su cuello.

Ella estaba quieta, por decir otra cosa, y la mataba por dentro el no poder siquiera contestar con una simple palabra como si o no, no podía siquiera decirle a Sebastian que se alejara.

Los labios de Sebastian se hicieron fantasmales sobre le cuello de Odessa, dejando besos de mariposa en él, lentamente bajando a la clavícula y Odessa no hizo nada por detenerlo.

Esta era la debilidad de Odessa, y Sebastian la manipuló a su conveniencia, justamente como ella hizo con él. Justo cuando Odessa estaba por ceder, lo que significaba girarse, tomar la cara de Sebastian y besar la vida fuera de él. Él se alejó.

—Fue una pena que no fueras tú quien me ayudó en esa situación.

[1] JEALOUSY GAME [STAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora