Capítulo 9

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~Santiago:

Salí corriendo hasta llegar al río, el río al que había ido con ella y me puse a pensar. Tengo que hacer algo, debo sacarla de allí, intento pensar pero estoy muy frustrado, no encuentro nada que hacer para ayudarla, soy un fracaso. Posó mi cabeza sobre mis rodillas y me liberó, empiezo a llorar como nunca hasta que no me queda ni una sola gota que soltar. ¿Cuánto tiempo a pasado? Quizá 1 hora o más. Me limpio la cara y me dirijo hacia el campamento de mi banda, debo verla. Veo que no hay nadie fuera del caseto y apoyo la oreja para confirmar que no hay nadie. Sólo oigo sollozos, Ximena debe estar llorando. Me aprieto con la mano el corazón como si me lo fuera a arrancar, el dolor que me causa oírla llorar es tan fuerte. Entró y la veo. Sus ojos están apenados y parece mucho más mayor, podría decir que ha envejecido 10 años en apenas unas horas. Cierro la puerta y le colocó una silla detrás para que no se pueda abrir. Apoyo un dedo en mis labios para indicarle que no hable muy alto. La desató, no me gusta verla así. Al instante ella me abraza y me da un beso lleno de pasión y yo le sigo. Es maravillosa.

-Ximena te sacaré de aquí.-Digo sin pensar, siempre actuó sin pensar.

-¿Como? Esto esta muy vigilado y si te ven...Santiago si te ven...- Intenta decir pero se le corta la voz y rompe a llorar.

-Calmate.-Digo mientras la abrazo y la acarició.

La verdad nose que haré, pero juro que no pasará la noche aquí.

-Siéntate y haz como que estas atada, voy a mirar si vigila alguien-Asomo la cabeza y efectivamente no hay nadie, debe ser la hora de comer.-Ahora corre, corre en dirección al río, al cabo de 5 minutos yo te alcanzaré.

Ella asiente, se levanta de la silla y me da un beso corto cargado de miedo. La miro a los ojos y lo confirmo, ella esta aterrada. Abro la puerta y sale disparada, yo salgo da ahí y compruebo que nadie la haya visto marchar. Salió perfecto, nadie. Voy caminando hacia el río comprobando que nadie me sigue.

~Ximena:

Corrí en dirección al río como el me dijo, ese hermoso río en el que nos habíamos encontrado unos días atrás. Le debo la vida, nose que podrían haber echo ellos conmigo y el arriesgo su vida para salvarme. Si, le daré una oportunidad, la merece y además no puedo alejarme de él. Al rato llega, yo corro hacia el y lo beso, tenía muchas ganas de besarle. Se lo agradezco todo, pero el no quiere que se lo agradezca y dice que todo a sido su culpa.

-Santiago, no es culpa tuya.-Digo.

-No, yo no quise raptarte, pero no estuve ahí y me necesitabas.

-Estoy bien y es gracias a ti.-Lo miro a los ojos y lo beso de nuevo, con pasión. Me siento bien, Santiago a echo desaparecer horas de miedo, tristeza, soledad... en apenas segundos. Lo amo.

Camino de vuelta para mi casa y el se queda en la esquina. Yo voy hasta la puerta de mi casa y noto ruido dentro, oh no, otra vez ellos no. Pero entonces fue cuando escuche la voz de mi padre. Tocó la puerta, sin fuerzas, estoy agotada. La puerta se abre. A continuación todo sucede rápido, mi padre me queda mirando con asombro y me abraza fuerte, muy fuerte.

-Ximena, pense que te había perdido.-Noto que esta llorando, y en el fondo me alegro porque esta mostrando afecto, algo raro en el.

-Estoy bien papá, me retuvieron pero escape.- Prefiero mentirle, nunca creerá que Santiago me ha ayudado.

-Hay que poner más seguridad- Dice entregando un candado.-, este es para el balcón de tu cuarto, e instalado

cerrojos

en las habitaciones y la puerta principal tiene tres más. Vuelvo en un rato, juro que pagarán lo que te hicieron Ximena.-Y diciendo esto se va.

Cierro todos los

cerrojos

y pongo el candado a la puerta de mi habitación. Me doy una ducha y me rindo al cansancio en mi cama, a sido un día duro.

Holaa, comenten y voten. Besos y cuidense.

Un amor entre bandas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora