Capítulo 10

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~Ximena:

Santiago esta frente a mi, es hermoso. Me dice algo pero no logró entenderlo, estoy sumergida en mis pensamientos, intento escucharlo pero no puedo. Alguien corre hacia el, yo logró verlo, pero el no puede porque esta de espaldas a ese señor. Entonces lo reconozco, es el señor que me secuestro. Le grito a Santiago que huya pero el no me escucha, sigo chillando mientras lloro, se que si no se larga ese señor podría hacerle algo. El hombre le alcanza, saca su navaja y cuando esta a punto de rozarle el cuello, me despierto. Estoy exhausta, gracias a Dios es un sueño. Miro a la ventana y veo que esta poniéndose el sol. Tocan a la puerta y bajo a prisa. Al mirar a la mirilla veo que es mi padre con un chico que podría tener 18 años, alto, moreno, con el pelo castaño y ojos verdes.

-Ximena, el es Marco, el te cuidará a partir de ahora.-Dijo mi padre satisfecho.

-¿Un guardaespaldas? Papá esto no es necesario...

-Ximena, te puede ocurrir algo, es por tu seguridad.

-Pero...

-No le des más vueltas, el té cuidara cuando yo no este, es por tu bien Ximena.

Asiento aunque sin ganas, esto no puede ser posible. Subo a mi cuarto buscando soluciones, pero no encuentro ninguna. Oh Santiago, no podré verte si no pienso en algo, porque será tan difícil. No me llega bien el oxígeno, me cuesta respirar. Tengo que calmarme, pero ¿como?. No encuentro solución y noto mi vista borrosa antes de caer en un sueño.

Abro los ojos despacio, me molesta la luz. Estoy en una habitación, las paredes son blancas y no hay mucho más, sentado en una silla esta ese chico al que mi padre le obliga a cuidarme, su nombre era...

-¿Como estas? Soy Marco.

-Bien, ¿que hago aquí?.

-Tu padre escucho un golpe y te encontramos inconsciente.

-Ah.

Quedamos en silencio hasta que salimos del hospital. Me golpee la cabeza cuando me desmaye pero no me había ocurrido nada.

Es tarde, a oscurecido mucho, si no fuera por las luces estaríamos completamente a oscuras. Marco me acompañó a mi casa y se fue. Cerré todos los cerrojos y me acosté, mi padre quedó despierto en la cocina, estaba bebiendo, cosa que no me gustaba. Me acerqué a la ventana con la esperanza de ver a Santiago, pero no había nadie. Lo hecho de menos, quiero sentirlo cerca. Ya en la cama, cerré lo ojos y me dormí pensando en la persona que amo, Santiago.

~Santiago:

Di la vuelta y me dirigí al campamento. Todo estaba revuelto.

-¡Tu! El jefe te busca.-Dijo un hombre mayor que yo al verme.

Yo asentí y me dirigí a donde el jefe.

-Santiago, ¿donde estabas?.

-Tuve que salir a mi casa con urgencia.

-La chica escapó.- Puse cara de asombro convincente a juzgar por su reacción.

-¿Como escapó? Es imposible.

-La ayudaron a escapar, todos sabemos que era imposible que escapara sola.-Me recorre un escalofrío.

-¿Sabe quien fue?.

-Creo que si, creo que fue Julio.-Note mi palidez, Julio es un gran amigo mío, no tiene familia y yo lo había traicionado.

-¿Por que cree que fue el?.

-Porque el debía cuidar el caseto.

-Ah.

Salí de allí con suma rapidez, necesitaba hablar con Julio. No me creo lo hice culpable de mis actos. Pregunté por el campamento pero nadie lo había visto desde la hora de la comida, cuando Ximena escapó. Corrí hasta su casa y allí lo encontré. Golpee con

brusquedad

la puerta. El me miro anonadado. Lo empujo hacia el interior de su casa mal construida mientras me paso la mano por el pelo intentando buscar soluciones.

-Debes irte, rápido.

-¿Que ocurrió?- Responde Julio sin comprender porque estoy así.

-El jefe te busca.

-Yo paso de la banda Santi, deberías hacer lo mismo.

-Debes irte la chica escapó y te mataran.

-¿Como?.-En su cara se dibujó miedo, aquel chico que se había criado conmigo desde bebés tenía miedo y era por mi culpa.

-Agarra el dinero que tengas, ahora regreso.-Corrí lo más rápido posible hasta mi casa que no quedaba muy lejos. Agarré mi bote de ahorros, desde que entre en la banda

empeze

a ahorrar, siempre pense que un día

escaparia

, o mi familia

escaparía

. Salí corriendo y volví a casa de Julio. El había preparado una mochila.

-Vamos.-Le dije a prisa y salimos hasta la estación de tren por un camino desconocido por la banda. Cuando llegamos a la estación de tren compró el boleto y esperamos el tren.

-Tomalo.- Le dije mientras le entregue el bote de ahorros.

-Santi, no se como podría agradecerte todo lo que has hecho por mi hasta ahora. Recuerdo cuando era pequeño, nunca tuve amigos, nadie estaba conmigo por ser huérfano. Pero puedo decir que si tengo familia, tengo un hermano...

-Julio, para, yo tengo la culpa. La chica a la que encerraron se llama Ximena y la amo.- Su expresión cambio, se volvió confusa mientras yo lloraba, la vida de mi mejor amigo, de mi hermano, corre peligro por mi culpa.

Un amor entre bandas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora