Good riddance (Insomniac for life)

Capítulo 8

Eran poco más de las tres de la madrugada del lunes y Billie ya estaba en el departamento. Mike y Tré lo habían ayudado a desempacar y a poner todo en orden y se habían quedado a dormir allí, dado que después de celebrar con alcohol no estaban en las mejores condiciones para conducir. Sin embargo, pese a que Mike y Tré roncaban sonoramente, esa no era la razón por la que Billie no podía dormir.

Desde el día en que conoció a Amelia había estado experimentando sensaciones que no venían al momento. En los momentos en los que sentía mayor angustia, sentía risa. Cuando estaba molesto, sentía tristeza y así sucesivamente, con sensaciones que no le correspondían. Eso era controlable, pero a veces decía cosas sin sentido (cosa que gracias al cielo solo pasaba cuando estaba solo) y sentía dolor físico en partes que ni siquiera había tocado. Sabía que no podría decirle nada a los chicos, ya que Tré se reiría y Mike se preocuparía seriamente por la salud mental de su amigo.

La otra razón por la que Billie no podía dormir, era la sobreexcitación por la que había pasado el día anterior. Había encontrado a Adrienne desmayada con una prueba de embarazo que marcaba positivo, pero era imposible que el hijo fuese de Billie. Había pasado de la tristeza más profunda al enojo más intenso que alguien podría sentir al haber visto eso y luego había pasado a un maravilloso sentimiento de libertad al haber huido de esa casa maldita. Por desgracia, no había contado con que tendría que volver al día siguiente a explicarle todo lo sucedido a los niños, pero eso no importaba mucho, ya vería como hacerlo. El otro problema era que pese a todas esas emociones no podía concentrarse en escribir la historia, pero había creado ya alrededor de 10 canciones, ninguna terminada. Por desgracia, eran todas canciones emo, menos 3 de ellas que estaban bien.

Mike se acomodó en el sillón. Estaban todos durmiendo en sillones ya que las camas estaban desarmadas y no tuvieron suficiente ánimo para armarlas el día anterior. Tré estaba hablando dormido (como siempre) acerca de perros que dominaban el mundo. Billie rió suavemente: Tré siempre había dicho que los perros dominarían el mundo en algún minuto y se había convertido en parte rutinaria en sus pesadillas. Mike también creía en eso de los perros y además sus creencias religiosas estaban basadas en Star Wars... creencias religiosas... eso era algo que Billie nunca había tenido...

Cuando pequeño iba a la iglesia, pero solo porque su madre lo llevaba, ya que él nunca había creído en la religión. No la comprendía. Se separaban y se unían y se dividían y al final todas eran iguales. Se creaban guerras por ellas. No, no, mejor no creer en nada, creía él. Sintió una oleada de sueño que no le correspondía. Fue bastante extraño como siempre que le pasaban esas cosas. Pero a la vez le dolía el estómago y eso si era de él. Corrió al baño y vomitó todo el alcohol.

En su departamento, Amelia estaba al fin quedándose dormida. Había sentido muchas emociones extrañas ese día pese a haber estado calmada todo el día. Sintió rabia, susto, pena y ahora le estaba viniendo un dolor de estómago, como si hubiese comido de más... le dolía demasiado... sintió que iba a vomitar...

Corrió al baño y vomitó cosas que ni siquiera había comido o tomado. Se sentía mareada... eso había sido muy extraño... decidió pensar en eso al día siguiente, cuando estuviese muy despierta y se fue a dormir

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Billie volvió al sillón. Volvió a pensar en las creencias religiosas. Cuando era pequeño creía en Dios, pero el día de la muerte de su padre, dejó de creer en este. Si existía Dios, ¿por qué había matado a su padre? ¿Por qué hacía sufrir a toda esa gente? ¿Por qué permitía las guerras y que ese imbécil de Bush estuviera a cargo? ¿Por qué no venía y hacía algo? Esos cuestionamientos eran comunes para Billie. Por respeto a Adrienne él les intentaba inculcar la religión a sus hijos, pero no con mucho entusiasmo para ser sinceros.