Capítulo 15

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-No estás hablando en serio, ¿cierto? -le preguntó Amelia, extrañada. Eso no tenía ningún sentido

-De hecho, si lo estoy -dijo Billie- esto si que es raro-.

-Si -dijo Amelia- ¿Tienes hambre?

Billie la miró. Le habría dicho que no, pero ella parecía haber sentido que él estaba muerto de hambre. Ya eran como las dos y media de la tarde y el había desayunado a las nueve y durante el relato de Amelia, su hambre se intensificó.

-En realidad... si -admitió Billie-.

-Genial, yo igual -dijo Amelia- ¿qué te parece si comemos algo y después vemos que rayos pasa con tus notas?

-Me parece bien... en este momento, me comería un campo -dijo Billie, hambriento-.

-¿No qué era una vaca? -preguntó Amelia, extrañada-.

-Si, pero ¿recuerdas que soy vegetariano?

Se miraron y se rieron al mismo tiempo, mientras Amy iba al refrigerador en busca de algo de comer.

-Genial, mi papá es fanático de la carne -dijo Amy, cuando encontró el refrigerador lleno de esta- Solo queda... medio tomate... de hace más de una semana... negro... -añadió mirando con disgusto el tomate y tirándolo a la basura.

-¿Y en los estantes? -preguntó Billie, señalando a los que estaban arriba de ella-.

Amelia se estiró un poco y los abrió. Solo había comida chatarra, azúcar, té, café, harina y arroz. Solo el arroz era comestible y no tenían nada con que acompañarlo.

Billie miró todo eso y pensó por un par de segundos.

-Ok... -dijo Billie- vamos de compras

-¿Qué? -le preguntó Amelia, extrañada -.

-Vamos a comprar algo que tú y yo comamos -dijo Billie- Y que sirva con el arroz... yo pago -añadió-.

Amelia se quedó mirándolo asombrada y finalmente habló.

-Está bien, pero yo te pago la mitad -dijo ella, sonriendo- no quiero tener cargos de conciencia futuros-.

-Trato -dijo Billie, también sonriente-.

Billie se puso las gafas mientras Amelia iba a su pieza a ponerse zapatillas. Salió de su pieza un poco más peinada y con su bolso en la mano. Juntos bajaron al BMW negro de Billie (Amelia aceptó irse adelante) y Billie condujo hasta una tienda no muy alejada del departamento de Amelia y no muy grande. Billie estacionó y ambos bajaron. Luego le abrió la puerta de la tienda a Amelia, invitándola a pasar. Ella lo hizo y entraron a la tienda donde vendían comida naturista, vegetariana y, por alguna razón, china.

-¿Y? ¿Qué te parece? -le preguntó Billie a Amelia, cuando entraron-.

Amelia miró alrededor asombrada. La tienda tenía de todo lo que sus padres "nunca encontraban" y que a ella le gustaba.

-Me encanta -dijo Amy- y milagrosamente recuerdo el camino-.

-Bien, busquemos algo Amy -dijo Billie, sonriendo-.

-De acuerdo, Billie -dijo ella, riendo-.

Compraron unas cuantas verduras chinas, hamburguesas de soya, más arroz, más verduras, un té extranjero que Amelia quería probar y más hamburguesas de soya (esas eran para Billie, las suyas se estaban acabando). Billie pagó todo y en el auto Amelia le devolvió la mitad-.

-En serio, no hace falta -insistía Billie mientras Amelia contaba el dinero-.

-Si, si lo hace. Me consolaste, me escuchaste y me mostraste un supermercado con comida comestible, es lo menos que puedo hacer-dijo Amelia. Sin otro remedio, Billie aceptó el dinero.

Good riddance (Insomniac for life)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora