Parte 4

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BRUNO

Tocamos la puerta y Ana nos abrió con un vaso en la mano.
-Holaa! Tanto tiempo! ¿Como andan bo? Pasen putos!- gritó muy contenta y entramos uno por uno, yo siendo sincero extrañaba mucho estar en esta casa, era donde casi siempre nos juntábamos a hacer cosas del liceo o simplemente a romper los huevos.
Me distraje unos segundos porque me quedé hablando con Ana y en seguida entraron Lucas y Bruno.
"La puta madre, activemos el modo 'está todo bien, no pasó nada entre nosotros'" pensé.
- Bueno, Ahora si, estamos todos- Dijo Lucas abrazando a Lisa, ella en ese momento dijo
- Vengan! Vamos a darnos un abrazo entre todos...-
- Como los viejos tiempos...- agregué mientras rodeaba a los demás con mis brazos
- Pa bo,los quiero gurices- Dijo Agus.
Extrañaba mucho esos abrazos múltiples, y se sentía muy bien estar al lado de mis verdaderos amigos, y eso que aún nos esperaba una noche que prometía mucho.

Pasamos unas horas tomando diferentes cosas y riendonos entre nosotros, contando como estuvieron nuestras vacaciones, que hicimos, miramos fotos de cuando estábamos en épocas de clases, comimos pizzas (como siempre).

En un momento cuando el alcohol estaba haciendo efecto en nosotros, salimos al patio a fumar, estaba armando el porro y obviamente ya estaba algo colocado.
-Smoke weed everyday- cantó Lucas haciendo el pasito característico del conocido tema de Snoop Dog, no lo pude evitar y le seguí la corriente, amaba cuando se ponía rompe huevo, por esa razón era que lo quería un montón.
- Eh loco! Aguante nosotros!- gritó Lisa muy contenta, tenia sus ojitos bien chinos y una sonrisa enorme, llevaba con sigo su celular y sonaba un tema enfiestante.
El patio era un verdadero relajo, bueno, en realidad sólo eramos ocho pajeros colocados bailando en el patio de una casa a las tres de la mañana, no era tanto relajo.
Mile me pasó el porro gigante, pero estaba apagado, miré a los demás para pedirles fuego, pero el único que me dio bola fue Alan, que en seguida me prestó su encendedor, los demás estaban colgados hablando de quien sabe que, magicamente Lisa tenia un vaso con alcohol en sus manos
¿De donde lo había sacado? La gente que toma tiene el misterioso talento de encontrar bebidas en cualquier lugar.

Entramos a la casa, pasó un rato y dentro de la casa de los Noya la música sonaba al palo, los pibes seguían bailando, y mi cabeza ya daba mil vueltas, estába sentado con Ana y Mile riendonos un montón, no me acuerdo de que carajos, pero era muy gracioso, en eso se me acerca Alan y me dice
- Vamos a la cocina a buscar algo para tomar-
- Sabelooo!- le grité porque la música sonaba muy fuerte.
Una vez en la cocina, buscamos vasos y nos servimos Fernet con coca-cola, el levantó su vaso para iniciar un brindis
- ¿Porque brindamos?- pregunté
El me miró a los ojos y respondió sin sacarme la mirada de en sima
- ¿Por nosotros?-
- Por nosotros - le contesté chocando nuestros vasos, el sonrió, me encantaba su sonrisa, se le formaban pocitos en las mejillas.
- Perdona por no contestarte hoy es que...- Dijo el
- shhht, no pasa nada, tranquilo, entiendo - le sonreí, nos quedamos un rato mirándonos a los ojos, me perdí, el corazón me iba a mil por hora, sentía cosquillas en la panza
- Necesito un cigarro- dije revisando mis bolsillos y sacando uno
- Toma fuego- Dijo el, dándome su encendedor otra vez
- Cuando querés sos todo un caballero vos- le dije mientras soltaba el humo en su cara, el solo sonrió y me miró fijo, se veía tan lindo con sus ojos achinados por la marihuana, de seguro los mios estaban igual de chicos, sin darme cuenta se fue acercando cada vez más, cerré mis ojos y cuando estaba por sentir sus labios sobre los míos me aparté y me fui de ahí, con la excusa de que estaba sonando nuestro tema en la fiesta, el obviamente me siguió porque también era parte del grupo de amigos

LUCAS

Al principio de la noche estaba bien porque obviamente Alan me dio un poco del cogollo que le había regalado esa mañana, era una bomba. Todo iba bastante tranquilo, entonces fui al baño, y coloqué el ácido debajo de mi lengua, no podía tomar alcohol, porque tenia un az bajo la manga para cuando la noche estuviera explotando.
Habían pasado unas horas, los colores de las cosas que me rodeaban brillaban más de lo normal, sentía que la música electronica recorría mi cuerpo como si fueran tribales de colores, cerraba los ojos y veía mandalas de colores, la música sonaba cada vez más alta, y yo cada vez me sentía más vivo y con más energía, pero aún no había llegado a mi punto maximo de locura hasta que de repente sentí esa necesidad de consumir un poquito de cocaina, enseguida recordé lo que me había dicho Mile antes de venir, y obviamente fui al baño y lo hice, tomé sólo un poco, y se sintió bien, lo único que no me gusta de esto es el gusto amargo que te deja en la boca cuando baja por la garganta.
Me sentía acelerado, todo se movía en cámara rápida y de golpe cambiaba a cámara lenta, no se como explicarlo, predominaban los colores azules y celestes.
Fui al baño de nuevo, vi mi reflejo en el espejo y habían dos personas mas igualitas a mi. Entonces, lo hice tomé la mitad de una pastilla.
Una hora después sentía que estaba fuera de mi, la reunión se había transformado en una fiesta de siete personas, todo me daba vueltas, el corazón me latía a mil kilómetros por hora, La puta madre! Me sentía vivo!
En eso veo que me rodea todo mi grupo de amigos, estaba sonando nuestro tema que tanto nos gustaba, bailamos y agitamos ese cumbión.
Sentí que los quería mucho a cada uno de ellos, extrañaba pila a estos boludos, todo se movió en camara lenta, el tema fue eterno, esto era estar vivo, no podía dejar de bailar, cerraba los ojos, los sonidos, la música y las risas tenían mucho eco, de repente todo era silencio y estábamos en un lugar donde había mucho pasto verde, era hermoso, habían árboles al rededor, y no estaba solo disfrutando el paisaje, estaba con ellos, el aire era puro, no habían problemas intoxicadonos la vida, podíamos respirar tranquilo, no podía creer lo que tenía frente a mis ojos.
En eso siento que alguien me besa y me trae al mundo real, era Mile, Dios! Como la amo, en ese momento sentía que la amaba de verdad, nunca la había amado tanto como en ese preciso momento, sus labios se sentían tan bien, era como volar en el espacio desnudo, me agarra de la mano y me lleva para afuera, los demás seguían bailando y agitando, prendo un cigarro
- Como estas? - me pregunta ella
- No tengo idea, solo se que te amo un montón - le contesté
- Yo también mi amor, mucho - Dijo ella mientras me acariciaba la cara, su caricia era suave como si su mano estuviera echa de algodones.
- Estas pasando bien?- le pregunté volviendo al mundo real
- De puta madre, extrañaba todo esto- me contestó mostrandome un vaso que llevaba alcohol, eso me dejó tranquilo.

La última vez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora