Chico Bestia estaba sentado en el sofá, hundiéndose cada vez más. Estaba furioso, estaba que se lo llevaba el diablo, ¡Maldita sea su suerte! Estaba celoso y eso se veía a kilómetros. Raven lo podía sentir. Los celos de Garfield eran muy fuertes.
¿La razón?
Ese.
Maldito.
Imbecil.
Los titanes lo llenaban de preguntas, y Starfire estaba encantada con él, e incluso Raven, ¡Raven! Lo admiraba, hacía comentarios y lo felicitaba.
¿Por qué? Porque el otro se podía transformar en cualquier animal, y su piel no era verde, como la de Garfield, no, era de un color normal, no tenía colmillos de animal o orejas puntiagudas, y según Starfire, era muy guapo. ¡Ella nunca le ha dicho eso a él!
El otro parecía un humano normal solo que podía transformarse en cualquier animal que haya conocido.
Y su maldito nombre era Caleb. Sí, un nombre demasiado ordinario pero Garfield ya había escuchado a Robin decir “¡Oh, eres como Chico Bestia, deberías de llamarte así también”
No. Chico Bestia se negaba.
Pero lo que más le dolía al Chico Bestia de color verde, era que Raven parecía encantarle su versión mejorada, Caleb. Se reía de sus chistes, lo trataba bien, no le gritaba, le decía que era genial e incluso a veces le tocaba los músculos de los brazos.
Le dolía como mil demonios que ella le prestara más atención a él. Garfield pensaba que Raven no era de esas chicas que tonteaban con chicos que consideraban guapos. Él pensaba que Raven era más reservada al respecto. Pero ahí estaba, toda descarada sonriendo sin parar.
—¿Y te gustan los videojuegos? Porque tenemos unos muy buenos, podríamos jugar toda la tarde.
Cyborg preguntó.
—¡Me encantan!
Traición era lo que sentía Chico Bestia, Cyborg era su mejor amigo y en su cara lo estaba cambiando.
Se levantó del sofá y salió de la torre.
Solo Raven notó que se fue.
***
Ese mismo día, Garfield regresó a las 10pm a la torre. No tenía ganas de ver a nadie, su corazón estaba roto al haber presenciado cómo lo remplazaban así de fácil, incluso Raven. Chico Bestia sabía que no tenía la mejor relación con ella, que peleaban mucho o no se entendían, eran polos opuestos pero ¡él la amaba! La admiraba tanto, y su enamoramiento no era pasajero.
Estaba entrando a su habitación cuando notó un olor no habitual. Al encender la luz, vio a Caleb dormir en su cama. ¡En su litera de arriba!
Chico Bestia gruñó.
—¡¿Qué haces tú en mi cuarto?!
Caleb despertó de golpe y cuando divisó al chico verde, sonrió. —Oh, hola Chico Bestia, los titanes me quieren tener en la torre por más tiempo, y como eres el único con dos camas...
—¡No te quiero en mi habitación!
—¿No te das cuenta? Ya no es tuya. - murmuró con una sonrisa. —Robin me pidió ser parte de su equipo, Cyborg me dijo que nunca había tenido un mejor amigo como yo, a Starfire le encanta cocinarme, y Raven, oh... Raven y yo tendremos una cita mañana. -se burlaba.
Auch.
Chico Bestia sintió su corazón despedazarse por completo.
