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***
Raven se acercó a la casa de Robin, aún recordaba dónde era. Pero al acercarse, de inmediato sabía que no iba a entrar.
La música se escuchaba desde afuera, fuerte y clara. Raven miró su cuervo en su hombro, suspiró y se dio la media vuelta para volver por donde vino.
—¡Espera! ¡Raven! ¡Raven!
Una voz de un chico le llamó la atención, ella giró su cabeza curiosa solo para ver al chico verde correr hacia ella, empujando a la gente a su paso.
Cuando llegó a su lado empezó a respirar fuerte. Luego pasó su brazo por su frente.
—Ahí dentro hace mucho calor.
Murmuró.
—¡Viniste!
Exclamó esta vez en voz alta y alegre. Se acomodó el cabello para atrás.
—Sí pero... Ya me iba.
—¿Qué? ¿Por qué?
Raven vio por encima del hombro de Chico Bestia que venía su gran perro verde corriendo.
El cuervo de Raven se alarmó y voló lejos, justo a tiempo porque el perro nuevamente le saltó encima. La pelimorada pudo mantenerse de pie, aunque con mucho esfuerzo.
—¡Oh vamos!
Chico Bestia le quitó el perro de encima.
—De verdad lo siento.
—Supongo que me tendré que acostumbrar.
—¡Eso no se hace!
Chico Bestia regañó a su perro.
Raven miró al de piel verde. —Pensé que era una reunión pequeña...
Chico Bestia la miró. —¡Oh si lo era! Pero a Cyborg se le ocurrió invitar a todos nuestros conocidos.
—Oh...
—En fin, ¿vas a entrar?
—No... No me gustan los lugares con mucha gente. Prefiero irme.
El perro le ladró.
—¡No! Es decir puedo hacer que la fiesta termine ya, solo tienes que darme unos minutos...
—No, no puedes hacer eso. Mejor me voy. De todos modos no me sentía de buen humor.
Raven miró el suelo por unos segundos. Chico Bestia suspiró.
—Está bien. Pero déjame acompañarte entonces. Ya oscureció y te puede pasar algo.
Ella soltó una ligera risa. —No creo.
Ella empezó a caminar por donde vino. Chico Bestia se puso a su lado con su perro.
—¿Por qué no crees?
—Porque sé defenderme muy bien.
—Uhm... ¿Cuál es tu poder, Rae?
—¿Poder? - ella se sonrojó por el apodo.
—Ya sabes, yo puedo hablar con animales y eso... ¿Tu?
—Oh, no quiero hablar de eso. Es complicado.
Ella bajó la mirada.
—Esta bien, disculpa por preguntar.
Él también bajó la mirada.
—¿Y desde hace cuánto eres amigo de Robin?
—Uhm, un par de años. Todos nos conocimos en una fiesta de la universidad. Desde entonces salimos siempre juntos.
Ella suspiró y asintió.
—Genial.
—¿Y ustedes de dónde se conocen?
—Desde niños, fuimos vecinos...
—¡Fuiste vecina, wow! ¿En qué casa vivías?
Chico Bestia miró a su alrededor.
Ella paró de caminar y señaló una casa que quedaba cruzando la de Robin.
—Ahí. Nos veiamos mucho a través de la ventana, y nos escribíamos papeles...
Raven sonrió al recordar la parte buena de su infancia.
—¿Y por qué te fuiste de aquí?
Él estaba a su lado, y la miró curiosa.
—Por mi padre.
Ella bajó la mirada y continuó caminando. Garfield la alcanzó.
—¿Entonces fuiste mejor amiga de Robin?
—Eso creo.
Raven se encogió de hombros.
—Oye chico verde, - ella lo miró. —Gracias por querer acompañarme pero de verdad estoy bien así.
—Es Chico Bestia. - la corrigió de nuevo. Rascándose la cabeza con una sonrisa algo ansiosa. —Pero está bien, adiós Raven.
Él se detuvo esperando que ella lo hiciera también y se despidiera. Pero eso no pasó. Ella siguió caminando. Su perro también se había detenido y ahora los dos miraban como se alejaba la chica.
Chico Bestia suspiró y miró en dirección a la casa de Robin. La música aún se escuchaba muy fuerte y él hizo una mueca. No quería volver. Quería ir con Raven a dónde sea...
El perro ladró algo agresivo en la dirección de Raven, Garfield se giró y observó como un auto se había detenido al lado de ella.
Agudizó su oído pero no distinguió bien las palabras pues hubo unos gritos de hombres y mucho movimiento. Observó una pistola salir de la ventana y apuntar a la chica.
—¡No!
Garfield gritó, su perro salió corriendo a ella. Pero paró al instante en que se escuchó un disparo y se vio como una energía negra envolvió todo el auto y lo volcó metros adelante.
Todo pasó muy rápido.
Chico Bestia vio como Raven huyó corriendo en medio de todo el humo que salía del auto. Su cuervo volaba sobre ella.