Todo está perdido

845 79 48
                                    

Bakugo iba por el centro comercial, necesitaba distraerse, dejar de pensar en esa molesta pelinegra que de seguro debe estar feliz porque va a estudiar con su preciado chico bicolor, suspiró, enserio ¿qué le veía a ese tipo? Es cierto que es muy popular entre las chicas, pero vamos, no es para tanto, él también es popular entre las chicas aunque sinceramente ninguna le interesa, todas se acercan a él por ser uno de los mejores de la clase, por su quirk y demás cosas, pero Momo...ella se acercó a él para confiarle algo que le dolía y todo por culpa de su insistencia, de lo contrario no se hubieran acercado como lo han hecho estos días, pero ¿por qué? Momo no buscaba acercarse a él con segundas intenciones, de lo contrario no lo hubiera invitado a su habitación, ella es una chica que al parecer no piensa en cosas "indecentes" cuando está con él, quizás sea ñoña, pero es una chica que se toma las cosas muy enserio.

Sacudió su cabeza, maldición, había ido al centro comercial para distraerse y no pensar en la pelinegra, pero sólo daba el efecto contrario.

Caminando sin rumbo fijo, terminó pasando por una lencería sin darse cuenta, sin poder evitar levantar la mirada, notó a cierta personita conocida midiéndose un sostén.

Abrió los ojos sorprendido al notar que era Uraraka quien se medía un sostén, se veía un poco nerviosa, mirando a su alrededor asegurándose de que nadie la mirara, quitó el gancho y se lo midió por encima de la ropa, se veía más preocupada, tal parece que ese sostén era pequeño para los pechos de la pequeña castaña.

—Han crecido y ya casi no hay de mi copa, tendré que ir a la misma tienda que va Momo—suspiró.

No era que le molestara tener pechos grandes, pero no le gustaba mucho llamar la atención, en especial de Mineta, ese chico estaba comenzando a ser una molestia.

En eso Uraraka siente una mirada, al voltear se encuentra con la mirada indiferente de Bakugo, se sonroja hasta las orejas y vuelve a poner rápidamente el sostén en su lugar, totalmente molesta sale de la tienda a enfrentar al rubio quien se mantenía tranquilo.

— ¡Los chicos no deberían pasar por aquí! —se quejó la castaña haciendo un puchero.

—Cara redonda, no sé si te has dado cuenta pero este lugar es público, incluso hay chicas que meten a sus novios a estos tontos lugares.

— ¡Es diferente! Tú no tienes novia no deberías pasar por estos rumbos ¡Pervertido!

Bakugo rodó los ojos, vaya niña más escandalosa.

—Descuida, tus pechos habrán crecido pero tampoco son la gran cosa así que cierra la boca.

Uraraka lo miró ofendida, joder, quería darle una cachetada y mandarlo a volar...literalmente.

Pero no, ella estaba madurando, debía actuar como tal.

— ¡Mhp! No me importa tu opinión—se dio media vuelta indignada.

—Quizás no importe mi opinión pero me pregunto qué dirá Deku si le digo que estabas midiéndote un feo sostén—amenazó el rubio con una sonrisa burlona.

Su sonrisa se agrandó al ver la estupefacta reacción de la castaña quien se sonrojó totalmente.

Vaya, viendo su reacción tal parece que Uraraka no está al tanto de los verdaderos gustos del peliverde ¿debería decirle? Aunque le prometió a Momo no decir nada, pero...

Mierda, podrá ser agresivo pero sabe mantener una promesa.

—Tks, de todas formas no te ilusiones mucho con ese tonto.

— ¿Eh? ¿Por qué lo dices?

—No creo que seas de su gusto, mejor ríndete y punto.

Uraraka lo miró desconcertada, ¿por qué le decía eso? ¿No será que...?

Nada es lo que parece / TodoMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora