Arriésgate

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Bakugo acompañó a Momo hasta su casa, ambos se sentían un poco nerviosos, pues, aunque antes platicaban sin problemas ahora la situación es diferente, ambos sabían que las cosas no eran como antes, ahora saben los sentimientos del otro, pues, aunque Momo seguía enamorada de Shoto, tenía pequeños sentimientos por el rubio.

—Gracias por acompañarme—agradeció Momo con una sonrisa.

Bakugo se maldijo mentalmente, ¿por qué tenía que ser tan débil ante la sonrisa de Momo? Además ¿qué tiene de especial la sonrisa de la pelinegra que hace que su corazón comience a latir como loco?

—Sí, bueno, de nada—dijo el rubio con un leve sonrojo, realmente le costaba acostumbrarse a ese sentimiento, le agradaba y le molestaba.

—Bueno, nos vemos maña...

—¿Katsuki?

Ambos voltearon ante esa voz femenina.

Bakugo abrió los ojos con estupor.

Una hermosa mujer de cabello rubio estaba parada frente a ellos, a pesar de verse joven se notaba que es una mujer madura.

—¿Qué haces aquí? —preguntó la mujer.

—¿Qué rayos haces tú aquí? —preguntó el rubio enojado.

La mujer lo miró con enojo, dicho esto se acercó al rubio y le dio un tremendo golpe en la cabeza, seguido de esto Bakugo se quejó.

—¡¿Qué rayos te pasa bruja?! —exclamó Bakugo molesto mientras se sobaba su cabeza.

—¡A mí me vas a respetar pedazo de idiota que por eso soy tu madre!

Momo abrió los ojos con sorpresa, ¿esa hermosa mujer es su madre?

—Lo siento señorita, mi hijo a veces puede ser un completo zopenco, por favor discúlpalo—dijo la mujer sonriendo con pena.

—¿Eh? Oh, no se preocupe—dijo Momo con una sonrisa.

—¿Eres amiga de mi hijo?

—¡Mamá! —dijo Bakugo apretando los dientes.

—Cállate que estoy hablando con tu amiga—lo calló la rubia dándole otro coscorrón.

Maldita sea, lo que menos quería Bakugo era que su madre conociera a Momo, la conocía perfectamente, esa mujer era capaz de invitarla a su casa ¡Que horror!

—Oh, que grosera soy, me disculpo, mi nombre es Yaoyozoru Momo, un placer conocerla—dijo la pelinegra haciendo una reverencia.

Mitsuki abrió los ojos con estupor, ese nombre le sonaba, es el mismo que dijo su hijo entre sueños, ¿entonces esa es la chica que le gusta? Vaya, su hijo tiene buenos gustos.

—Que hermoso nombre, mi nombre es Bakugo Mitsuki, un placer conocerte y gracias por cuidar de Katsuki—dijo la mayor haciendo una reverencia—¡Tú también inclínate! —exclamó molesta la rubia posando su mano sobre la cabeza de su hijo y obligándolo a agacharse—seguro no es fácil para ella aguantarte.

Bakugo estaba que se lo llevaba la fregada, por cosas como estas no quería que Momo conociera a la loca de su madre, joder, lo trataba como a un niño.

—Oh no, al contrario, Bakugo es quien ha cuidado de mí, es una gran persona, puede estar orgullosa—dijo la pelinegra con una gran sonrisa.

—¿De verdad? ¿Y cómo es que empezaron a llevarse bien?

—Mamá, seguro ella tiene cosas que hacer, sólo larguémonos—dijo el rubio con un tic en el ojo.

—Oh lo siento, pero me encantaría conocerte, así que te invito a comer a mi casa.

Nada es lo que parece / TodoMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora