Comienza el enredo amoroso

792 64 46
                                    

Era media noche, Momo no podía dormir, las palabras de Bakugo resonaban en su cabeza, aún podía sentir los labios del rubio sobre los suyos.

Su primer beso...

Bakugo...fue su primer beso...

La pelinegra sacudió la cabeza con desesperación, su cabeza gritaba que lo empujara pero su cuerpo no reaccionaba, la calidez de los brazos del rubio abrazándola aún se sentía, ¿por qué? ¿Por qué tuvo que terminar así? ¿Por qué Bakugo le dijo todo eso?

"Entonces mírame a mí"

Momo cerró sus ojos con fuerza, quería olvidarlo, deseaba olvidarlo, en eso el rechazo de Shoto llegó a su mente y su corazón se encogió, se abrazó a sí misma, se sentía perdida, realmente perdida, ¿qué debía hacer? Ella podrá ser muy buena en la escuela, pero tratándose del amor...es realmente ignorante.

— ¿Qué debo hacer? —susurró para sí misma, ¿debería contarle a Jiro? ¿Sería buena idea?

Escondió su rostro entre sus rodillas, se sentía realmente cansada, los exámenes se acercaban y ella necesitaba concentrarse, ¿pero cómo hacerlo después de tantas emociones? ¿Cómo debía rechazar a Bakugo?

Porque es obvio que lo rechazará, ella no siente algo más que un fuerte aprecio por él.

Suspiró, nunca había rechazado a nadie, le dijo a Bakugo que lo pensaría pero la respuesta es más que obvia, lo que ella menos quiere es ilusionarlo.

Se acostó de nuevo rogando poder dormir esta vez, y aunque tardó un poco, por fin se entregó a los brazos de Morfeo.

Era una linda mañana, los chicos se dirigían a la escuela, aunque Momo tenía ojeras que con sumo esfuerzo intentó ocultar con algo de maquillaje, apenas y había logrado dormir, suspiró, intentando no pensar ni en Shoto ni en Bakugo, pero era algo realmente difícil, intentaba pensar en las fórmulas y teorías, deseaba mucho que la ciencia ocupara su mente y no el rechazo de uno y la confesión del otro, ¿por qué tiene que ser tan difícil?

En eso una mano se apoya en su hombro, al voltear la pelinegra se encuentra con la gran sonrisa de Kirishima.

— ¡Buenos días Yaoyozoru!

—Buenos días Kirishima—saludó la pelinegra con una dulce sonrisa.

—Te ves cansada, ¿no dormiste bien?

—Eh...me quedé estudiando hasta tarde—mintió, era obvio que no contaría la verdadera razón de su cansancio.

—Ya veo ¿sabes? No deberías exigirte tanto, eres muy inteligente, estoy seguro que sólo necesitas repasar, en cambio yo sí debo estudiar—dijo el pelirrojo con una sonrisa apenada mientras se rascaba la nuca.

—No digas eso, eres muy inteligente Kirishima, sólo debes tener más fe en tus habilidades.

—Je, gracias Yaoyozoru, de algún modo siento que me llenas de inspiración.

—Me da gusto poder ayudarte y...

Pero Momo se interrumpió al sentirse de pronto mareada, Kirishima la sujetó de los brazos al ver que la pelinegra se iba de lado.

— ¿Estás bien?

—S-Sí...nada malo sólo me sentí un poco mareada.

— ¡Eso no es bueno! Todo futuro héroe debe mantenerse fuerte y sano.

—Jejeje sí, tienes razón, ya se me pasará.

Momo se quiso soltar del pelirrojo pero de nuevo se sintió mareada.

Nada es lo que parece / TodoMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora