La invité a tomar un café, llevaba tanto tiempo esperándola que no iba a desaprovechar la oportunidad de interactuar con ella y de conocerla. Aunque Lesly parecía una mujer muy reservada y de pocas palabras, saber una cosa más que su nombre y su adicción por el café; le traería paz a mi interior, yo no sé que había visto en ella aquel día que la ví por primera vez pero, tenía tantas ganas de sentarme a charlar de lo que fuera y de hacerla reír un rato. Ella aceptó mi invitación y no pude dejar de notar como se puso nerviosa antes de decir que sí. Tenía sus mejillas de un color melón bastante ligero, su sonrisa era tímida y me veía muy poco a la cara. Entramos en aquel bonito lugar, el aroma a café se esparcía por toda la pieza, tomamos asiento uno frente a otro; en la mesa de siempre, esa que habíamos compartido sin que ella lo supiera. La música suave era agradable a mis oídos y mientras esperamos hablamos del clima, del lugar y de cosas irrelevantes, me costó trabajo hacerla hablar. Ella parecía una niña pequeña llena de miedos y eso me inspiró la necesidad de querer protegerla.
Más tarde nos llevaron el café y galletas de mis favoritas; el humo de las tazas recién servidas se interponía entre nuestros rostros, su tierna sonrisa intentaba conquistar la mía y su mirada me estremecía el alma a tal grado que le impedía a mis ojos apreciarla completamente.
—Me gustaría verte nuevamente —dije sin tanto rodeo.
—Está bien —contestó. —¿Qué te parece el primero de los siguientes días en que salga el sol? —interrogó.
—Pero si estamos en temporada de lluvia, el sol no va a salir tan pronto ni de chiste —me quejé.
—Aceptas o no hay siguiente cita—dijo con una pícara mueca adornando su cara. Se notaba la manera en que iba entrando en confianza.
—Está bien, tu ganas —me lamenté.
—El próximo día que salga el sol a las 3:00 de la tarde aquí.
—Perfecto —afirmé.
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Amándola en Silencio (Libro #1)
Короткий рассказNo sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita. De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso...