No sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita.
De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso...
Después de una semana de tenerla nuevamente a mi lado, supe que aquel hombre con quien compartió tan alegre sonrisa era un buen amigo y admirador que conoció en sus clases de fotografía. Me di cuenta de lo enamorado que estaba de Lesly, me lo confió él personalmente una tarde mientras la esperaba en la cafetería de siempre. Antes de que ella llegara, él se puso de pie frente a mi y me pidió que ya no le hiciera daño a aquella mujer que el tanto amaba. Su petición me hizo sentir tonto y miserable. Andres me pareció honesto y sincero y entonces supe que le estaba robando a Lesly una oportunidad de recibir todo el amor que yo no podía ofrecerle. Había descubierto que era un buen momento para regresar le su libertad. Iba a hacer complicado para los dos, pero ya no podía mantenerla al borde de un amor a medias, ella se lo merecía todo. Justo en ese momento la vi llegar.
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