No sabía cuan grande era mi capacidad de amar hasta que me enamoré de ella, pero no podía dejar que descubriera mis sentimientos. No estaba preparado para ser el hombre que toda mujer necesita.
De algún modo ya estaba enamorado de la libertad y eso...
En cuanto llegamos al parque Sebastian me dedicó una mirada llena de ternura, segundos después nos despedimos y ambos tomamos caminos diferentes; en cada paso que daba se venía a mi memoria mi tiempo junto a él; el día que lo conocí, la tarde en el parque cuando ni se enteró que lo fotografié, nuestra primera charla y ahora el beso. De pronto apareció Andrés y se robó todo el encanto de aquel momento. —Lesly llevamos un buen rato buscándote —me dijo. — Lo siento, me distraje buscando hacer las mejores fotografías y me perdí —le contesté. —¿Estás bien? —me preguntó un poco alterado. — Por supuesto, sólo anduve por ahí caminando sola, pero no pasa nada—. —Bien volvamos al hotel que todos están angustiados por tu repentina desaparición. —¿Tanto tiempo me perdí? Lo siento es que no traigo teléfono ni reloj. —Un poco más de horas hace que todos volvimos y nos preocupamos cuando notamos tu ausencia. —Bien volvamos pronto que no pasa nada.
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