Ike y Zelda "Amor Prohibido"

Viaje a Altea

Narra Link

Todo estaba perfecto, volvería a mi hogar y la princesa Zelda estaría conmigo, las cosas no podían marchar mejor, nunca había sentido algo asi antes, creo que en definitiva, me estaba enamorando de la princesa Zelda.

Al paso de los días mis sentimientos hacía ella eran más fuertes, me agradaba pasar tiempo con ella en Hyrule y no había nada que me hiciera tan feliz como estar a su lado.

Esa mañana terminé de preparar mis cosas para partir de Hyrule e ir a mi pueblo natal en compañía de la princesa Zelda, sin embargo el rey me mandó llamar urgentemente, así que fui con él y al llegar, este parecía estar bastante agitado.

Lord Bastian, el capitán de la guardia extendía un enorme mapa sobre la mesa del gabinete real y el maestre Ludwig le pasó al rey algunas cartas con un sello extranjero.

—Link, pronto la familia real debe ir a Altea, mi amigo, el Rey Cornelius falleció recientemente tras las secuelas que le dejó la batalla y su hijo, el príncipe Marth será coronado rey en pocos días pues como bien sabes ha recuperado su reino después de la guerra—

Escuché atentamente sus palabras y me limité a asentir con la cabeza aquella noticia era bastante repentina, sin embargo el rey continuó explicando. No terminaba de entender el trasfondo político de la guerra que recién habia acabado pero sin duda me inquietaba saber qué tenía que ver yo en todo eso.

—Mi hija Zelda y yo, iremos a Altea a la fiesta de coronación de Marth y a reafirmar la fuerte lealtad que Hyrule le debe a ese reino, también estableceremos relaciones comerciales diplomáticas para prevenir la crisis en ambos reinos — explicó el rey, se veía bastante afectado por la muerte de su amigo, incluso hablaba más lento de lo normal.

De nuevo no respondí.

—Llevaré a Altea a unos cuantos caballeros y desearía que tu, fueras con nosotros, Hyrule está en deuda contigo, Link, y mi hija Zelda, se sentirá segura si nos acompañas ¿Qué dices héroe elegido por las diosas?— preguntó el rey mirándome fíjamente.

Yo me quedé en silencio un momento, quería ir con Zelda a Ordon, ese era el plan que habíamos establecido la noche del cometa... pero ahora las cosas han cambiado y ella viajará a Altea.  Después de unos segundos lo decidí...

—Iré— dije en tono serio.

—Gracias Link, sabía que podía confiar en ti— dijo el rey segundos antes de cortésmente pedirme que me retirara. 

Me dirigí rápidamente a mi habitación, estaba algo confundido por el repentino cambio de planes, aunque me dije a mí mismo que mientras estuviera con Zelda no me importaría nada más ¿Qué podía salir mal? Solo es un viaje de unos cuantos días, después de eso estaremos de vuelta, la llevaré a Ordon y por fin podré hacerle esa pregunta que tanto he esperado hacer; Le propondré oficialmente a la princesa que se vuelva mi novia. 

Comencé a empacar mis cosas un poco más animado, aún no sé cuanto tiempo estaremos fuera, así que guardé todo lo necesario, ropa de viaje, botas cómodas y mi habitual túnica verde que en pasado perteneció al héroe del tiempo. 

Salí del cuarto y escuché que Impa en compañía de algunas doncellas, ayudaban a la princesa  Zelda a empacar,, las chicas, llevaban demasiadas cosas, ninguna de las dos me vio pasar, me decidí a volver a mi habitación, cuando oí que las muchachas hablaban en voz baja. 

—¿Tu personalmente, crees que sea una buena idea?— preguntó Zelda, su voz estaba algo apagada.

—Claro que sí, todos afirman que Marth es un buen hombre y será un excelente rey, además nunca has viajado tan lejos, será una nueva experiencia para ti. —respondió Impa. —Podrá ayudarte a olvidar, a comenzar de nuevo— alentó la peliblanca.