El príncipe Marth

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Narra Marth

Era una hermosa mañana en el reino de Altea, los rayos de sol entraban por la ventana iluminando cada parte del castillo, desperté muy temprano.

Ese día tendría que recibir a cientos de invitados en mi castillo ¿Motivo? Esta noche me coronarán rey, intento no parecer nervioso pero la verdad, sí que lo estoy, nunca he sido muy buen anfitrión en esa clase de celebraciones y no sé si estoy listo para cumplir con mis nuevas responsabilidades para cuando me convierta en rey.

Miré con curiosidad por la ventana de mi alcoba, muchos barcos llegaban al puerto, desde ahí pude distinguir al barco proveniente de Ylisse, supongo que Chrom no quiere perderse la fiesta, (si ya se, no respeté la línea temporal al incluir a Marth y a Chrom en la misma historia xd) más al norte también logró divisar el barco de Hoshido. Esta definitivamente será una gran fiesta...

Salí de mi alcoba y me drigí al gran salón para dar instrucciones sobre el banquete, cuando aparecieron frente a mí, Cain y Abel, dos de mis mejores espadachines, me dijeron que el barco de Hyrule acababa de llegar a lo cual no pude evitar sobresaltarme.

Hace apenas poco tiempo, terminó una guerra en la que mi padre el rey Cornelius murió, debido a eso, tuve que dirigir el ejército y fue gracias a mis muchos aliados que pusimos fin a la guerra y uno de los reinos a los que les debemos tanto es a Hyrule, pues el rey y sus soldados fueron de gran ayuda durante las batallas.

También me enorgullece decir que las relaciones comerciales con Hyrule van espléndidamente bien y la alianza que hay entre ambos reinos se hará mas fuerte de lo que ya es, ya que el rey esta dispuesto a entregarme la mano de su hija en matrimonio.

Se rumora que la princesa de Hyrule, es sin exagerar una dama hermosa, inteligente y valiente, no podía esperar a conocerla, estaba bastante emocionado.

Acompañado de algunos de mis vasallos, salí del palacio y me dirigí al puerto para escoltar a los recién llegados, al llegar me topé con Chrom el cual conversaba amistosamente con Ryoma, a su lado una muchacha de cabello azul terminaba de bajar su equipaje con ayuda de un joven de cabello blanco, me acerqué a saludar amablemente a mis invitados, Chrom me dijo que la chica de cabello azul era su hija: Lucina y el joven peliblanco era un estratega de nombre, Robin.

Me sorprendió que Chrom fuera un padre tan joven pero me ahorré las preguntas, algunos de mis caballeros escoltaron a Chrom y a sus vasallos al castillo, por su parte Ryoma y sus hombres dijeron que querían caminar un poco por el pueblo antes de ir al castillo.

Caminé un poco más por el puerto y me encontré al príncipe Ephraim y a la princesa Erika, ambos hablaban sobre algo que parecía ser bastante importante pues apenas repararon en mi presencia, por último llegué a donde se encontraba el barco de Hyrule, apenas estaban bajando el equipaje, me acerqué y el rey salió rápidamente.

—Príncipe Marth, es un honor volver a verle de nuevo, en situaciones más favorables— dijo con una enorme sonrisa.

—El placer es todo mío- respondí intentando ser lo mas amable posible.

—Lamento mucho lo de Cornelius, tu padre era un muy buen hombre— dijo el rey con un tono melancólico en su voz.

Me limité a sonreírle, en verdad que mi padre y él eran grandes amigos.

Me puse a pensar en lo mucho que extrañaba a mi padre, cuando del barco ví que descendía una chica, lo primero que observé fueron sus brillantes ojos azules, definitivamente los ojos más hermosos que había visto en toda mi vida.

— Zelda, que bueno que vienes, hija, quiero presentarte al príncipe Marth—dijo el rey dirigiéndose a la joven.

La muchacha se acercó y se colocó al lado de su padre.

—Es un placer conocerle finalmente, príncipe Marth— dijo la joven haciendo una ligera reverencia ante mí.

-Es un placer, princesa Zelda- dije en tono cortés, intentaba no tartamudear de la emoción, me temblaron las rodillas cuando besé la mano de la joven, he de admitir que me puse bastante nervioso, a mis espaldas, Cain le susurraba algo en el oído a Abel.

—Bueno, deben estar muy cansados por el viaje, permítanme acompañarlos al castillo— dije y enseguida ordené que trajeran una carroza para el rey y la princesa, pero estos dijeron que preferían caminar para conocer mejor el reino.

Antes de siquiera salir del embarcadero, un muchacho rubio vestido de verde se abrió camino, la princesa Zelda dijo que su nombre era Link y que él la había rescatado cuando fue secuestrada hace más de un año, además de Link, una mujer peliblanca de nombre Impa también se acercó a la princesa.

Mientras caminábamos de vuelta al castillo, no pude evitar mirar a la princesa Zelda de reojo, era en verdad una chica hermosa, de largo cabello castaño, una nariz fina y una figura esbelta y por lo visto tenía mi misma edad aunque sin duda alguna lo que más me gustó de la joven fueron sus ojos, azules, y hermosos, ni siquiera el mar tenía un color tan bello como el azul de aquellos ojos.

Llegamos al castillo y escolté a los invitados a sus habitaciones y amablemente, dejé que se instalaran.

Volví al gran salón y me encontré con Héctor, Lyn y Eliwood, los cuales fueron también, grandes amigos de mi padre, estos estaban estableciendo alianzas con Ryoma en contra de Hoshido y hablaban de tácticas y estrategias, apenas me estaba disponiendo a saludar cuando frente a mí, apareció Roy, el joven hijo de Eliwood y gran amigo mío desde la infancia, pues desde pequeños jugábamos en los jardines mientras nuestros padres hablaban sobre cosas en ese momento no nos interesaban en lo más mínimo.

Saludé a Roy con un fuerte abrazo y platicamos animadamente de como nos ha tratado la vida, ya que tenía algún tiempo que no nos veíamos.

—¿Entonces ya tienes novia?—pregunté sobresaltado al escuchar que Roy estaba saliendo con una chica de nombre Lilina.

—Así es, pero baja la voz, no querrás que su padre se entere— dijo mi amigo desviando su mirada hacia lord Héctor

—Bueno Roy, me alegro mucho, sabía que algún día alguien al fin se fijaría en ti- dije divertido, si había alguien con quien podía perder mis modales por un rato, era definitivamente con Roy

—Cierra la boca... por cierto, ¿Si vas a hacer el trato?— preguntó Roy un tanto distraído mirando a Héctor de reojo.

—¿Qué trato?— pregunté desconcertado.

—Con el rey de Hyrule, para casarte con su hija— respondió Roy como si se tratara de la cosa más obvia del mundo

—Ah eso, aún no lo sé, apenas conocí a la princesa  Zelda y por lo que veo, parece que ella aún desconoce la idea—

—¿Pero es tu idea o de tu padre?— preguntó Roy mientras observaba distraídamente la mesa de bocadillos.

—Era de mi padre, él y el rey de Hyrule, ellos acordaron cuando Zelda y yo nacimos que nos casaríamos para formar una alianza entre ambos reinos, pero en sí creo que no estamos obligados a nada— respondí, pensando que quizá la princesa de Hyrule no estuviera de acuerdo con la propuesta.

—Pues tendrás que pedirle matrimonio esta noche, si es que quieres honrar los tratos de tu padre— dijo Roy.

Me quedé en silencio meditando, me esperaba una muy interesante noche...

Ike y Zelda "Amor Prohibido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora