Narra Ike
Zelda dormía dulcemente entre mis brazos, pese a que lo intenté, no conseguí conciliar el sueño del todo, en mi interior se revolvía una extraña mezcla de sentimientos confusos que eran imposibles de asimilar.
Las estrellas se alzaban erguidas y brillantes sobre nosotros, fue difícil para mí reconocer que el mismo cielo, brillaba la primera noche que besé a la princesa.
Me preguntaba que pasaría entre nosotros a partir de entonces, ya no teníamos que rendirle cuentas a nadie, éramos libres de finalmente hacer realidad nuestro amor prohibido y algo en mi interior me gritaba que eso era lo que pasaría.
La joven despertó pasados unos cuantos minutos, aún era de madrugada y hacía bastante frío. Enseguida pude ver como ella titiritaba así que le coloqué mi capa, ella se acercó a mí.
—Hola— saludó con un suave susurro.
—Hola— respondí dándole un pequeño beso en la frente
—¿Qué tan tarde es?— preguntó Zelda saliendo lentamente de su ensoñación.
—Aún no amanece— respondí.
La joven se acurrucó conmigo un poco más. Habíamos dormido juntos de la manera más inocente posible compartiendo la cama y los besos como antes.
—Sabes algo, te amo Zelda, no volveré a alejarme de ti, créeme que estoy arrepentido por todo lo malo que te ocasioné—
—Qué te dije Ike, tenemos que olvidar el pasado y luchar por un presente juntos, sin preocuparnos por lo que vendrá—
—Tienes razón Zelda, es solo que aún no puedo lidiar con la culpa y quiero ser lo suficientemente bueno para ti—
—Lo eres Ike, siempre lo fuiste— murmuró la joven mirándome a los ojos.
—Tu te mereces todo y yo solo soy un...—
—Un mercenario, lo sé, pero eres mi mercenario y tal y como eres, lograste cautivarme por completo—
Intenté sonreír, las palabras de la princesa me hicieron sentir mucho mejor.
—Daría todo por ti Zelda, quiero empezar de nuevo, demostrarte que puedo hacerte feliz ahora y para siempre, te adoro, fuiste y seguirás siendo el amor de mi vida—
Ambos nos sonreímos, la sensación de estar de nuevo juntos me erizaba la piel, no cambiaria ese momento tan mágico por nada del mundo.
Paso alrededor de una hora hasta que ambos nos pusimos de pie.
Me pareció percibir que Zelda no quería volver a ponerse el arrugado vestido de novia, así que decidí buscarle algo de ropa limpia.
—Iré a traerte algo, si quieres puedes ir a bañarte al rio y en cuanto termines nos vemos adentro para desayunar— anuncié.
Ella accedió y enseguida me adentré a la antigua habitación de mi madre, debía haber algo que le quedara a Zelda, comencé a buscar algo que se pudiera poner.
Tras revisar el armario, encontré un bonito conjunto, pantalones marrones, botas color vino y una blusa blanca de satín a juego con un cinturón dorado, era perfecto para pasear y estaba seguro de que se le vería increíble.
En cuanto Zelda terminó de bañarse le llevé la ropa.
Espero que te guste, ya se que no es de seda, pero pensé que te quedaría-
—Es perfecto Ike, gracias— dijo Zelda sonriendo.
la joven entró de nuevo en la casa para arreglarse y yo me quedé en el lago para bañarme.
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Ike y Zelda "Amor Prohibido"
FanfictionZelda, la hermosa princesa de Hyrule conocerá el amor en el joven mercenario Ike quien se convertirá en su guardaespaldas y ocultará la verdad de su pasado. Ahora después de un tiempo se reencuentra con él, pero su corazón ya pertenece a Link, ademá...