Vuelta a casa

2.9K 204 6
                                    

Eric

Tala está destrozada, quizá no debería haber venido. Aunque la entiendo, este es su hogar, yo había hecho lo mismo.

Hemos recorrido toda la aldea sin encontrar nada, así que salimos de allí siguiendo el curso de un rio.

—Este rio desemboca en un lago —comenta como adivinando mis pensamientos.
 —¿Quieres ir allí?

Ella asiente y terminamos el trayecto en silencio. Al llegar, me fijo en sus ojos y puedo leer la nostalgia en ellos.

—Cuando éramos pequeños veníamos aquí—me dice—. Jugábamos en el agua hasta quedar exhaustos.

Una  sonrisa triste se dibuja en su rostro. Pienso en cómo podría animarla, y una idea surge en mi mente. Sin darle tiempo de reacción la cojo en brazos, echo a correr y salto al lago con ella.

—¡Estás loco!—grita cuando saca la cabeza del agua— ¡Está congelada!
 —Pues nademos.

Tala

Nado tras Eric lo más rápido que puedo y siento como si con cada brazada la tristeza fuese abandonando mi cuerpo.

Eric desaparece de mi vista, miro a mi alrededor buscándolo, pero no hay rastro. Y, de repente, algo tira de mis tobillos hacia el fondo. Salgo a la superficie y me encuentro con la cara de Eric que ríe ampliamente.

 —¡Te vas a enterar! —grito y salgo tras él.

No tardo en alcanzarlo y lo empujo hacia abajo.

—Me has atrapado porque he querido—dice al emerger.
—¿Ah sí?
—Sí—dice y tira de mí hacia él—. Estás tiritando.
—No es por el f...—no me deja acabar la frase, me coge y sale nadando conmigo agarrada.

Al salir del agua no me suelta, sino que me lleva en volandas al lugar donde más da el sol.

—Desnúdate —me ordena.
—¡¿Qué?!
—Te vas a congelar.
—Eric, soy loba, no tengo frío—respondo riendo.
—Lo había olvidado por un momento.
—Pero llevas razón, tengo que quitarme la ropa para que se seque. ¿Puedes girarte?
—Sí, claro.

Cuando Eric se da la vuelta me desnudo, entro en fase y sacudo mi pelaje.

—Todo un chucho—dice riendo y respondo con un gruñido—. ¿Nunca has pensado en cortarte esa larga melena que tienes? Así tu pelaje... ¿no sería más cómodo?

Miro hacia otro lado para mostrarle mi desacuerdo.

—Vamos, si te llega al... más allá del final de tu espalda.

Bufo y me tumbo al sol. Eric se queda de pie y se empieza a quitar la ropa.

—No me mires así, también tengo que secar mi ropa.

Vuelvo a girar la cabeza. No es que vaya a ser la primera vez que vea a un hombre desnudo, es más, es algo con lo que vivo, pero con la manada es diferente. Siento cómo Eric se impulsa, miro donde estaba, pero no lo veo. Lo busco a mi alrededor hasta que me doy cuenta que lo que ha hecho es ascender.

—Aquí arriba nuestra ropa se secará antes—lo oigo desde lejos.

Cuando baja solo lleva puesto los pantalones. Se acerca a mi y me da mi ropa.

—Si eres una loba, ¿por qué te has comprado ropa de abrigo para venir?
—Para no llamar la atención. Fuera de mi aldea nadie sabe nada sobre nosotros.
—Te propongo algo—me dice cuando ya estoy vestida—. Creo que lo de hoy ha sido... suficiente, podríamos ir a por algo de comida y pasar la tarde en ese festival.
—Pero hemos venido a investigar.
—Lo sé, pero necesitas un descanso.
—Podemos investigar los alrededores esta tarde, solo un poco, y por la noche ir al festival—propongo como contraoferta.
—Está bien. Si vamos a estar entre tanto humano, te importa si me quedo por aquí para cazar, podemos vernos luego en el hotel.
—Sin problema.

Nos quedamos en silencio y no puedo evitar fijarme en su piel, ese brillo...

—¿Te gusta lo que ves?
—He visto cosas mejores—me burlo y me alejo de él.

No tardo en regresar al pueblo y encontrar un sitio donde comer. Disfruto de este momento de soledad.

No me desagrada estar con Eric, pero necesitaba un tiempo para mi, después de todo lo que he visto esta mañana... De pronto todo es más real. Era consciente de lo que había pasado, pero estar lejos me permitía no tenerlo tan presente. La visión era horrible, pero en parte creo que me ayudará a pasar página, o al menos eso espero...

 Cuando termino de comer me vuelvo al hotel y Eric ya está en la habitación. Salimos juntos de allí, pero nos separamos para abarcar más terreno. Hemos quedado en vernos dentro de unas horas en el centro del pueblo, en la plaza donde organizan el festival.

Es de noche cuando regreso. La plaza está abarrotada de gente, me fijo en los detalles, está decorada con guirnaldas y luces de colores, había olvidado lo bonito que era esto. Estoy sedienta, así que voy hasta las neveras que han condicionado a modo de barra.

—Hola—saludo al camarero.
—¿Una cerveza de manzana?
—Sí, por favor.

Estoy cansada y frustrada, y el primer trago parece devolverme la vida. Espero que Eric haya tenido más suerte.

—¿Esperas a alguien?—me susurran a la espalda.
—Sí, a un tipo alto y flacucho—respondo girándome hacia Eric.

—¿Cómo te ha ido?—pregunta poniéndose serio.
—No he sacado nada, ¿y tú?
—Tampoco... Es frustrante.
—Lo sé—digo pensativa—. Se donde se escondían, podemos ir mañana.
—Tú lo has dicho, mañana. Ahora vamos a divertirnos—dice tirando de mi.
—¿A dónde me llevas?
—A bailar.

Pasamos la noche bailando y divirtiéndonos. Hacía tiempo que no me divertía así. No me esperaba que Eric supiera bailar tan bien, ha sido una sorpresa muy agradable, es más divertido de lo que esperaba...

—Deberíamos volver al hotel, creo que ya has bebido demasiado.
—Tú no me has visto beber—digo riendo—. El alcohol apenas me afecta, el calor de mi cuerpo lo quema rápidamente.
—De todos modos tienes que descansar. Ha sido un día muy largo.

Aunque no me apetece marcharme, sé que tiene razón, asó que lo sigo sin rechistar.

Llegamos a la habitación dle hotel y Eric se deja caer en la cama.

—Voy a darme una ducha—lo aviso, pero él ni se inmuta.

Debajo del agua repaso el día en mi mente. A pesar de lo mal que empezó, ha ido mejorando. Realmente me he divertido. Con Eric es todo tan fácil...

Salgo del baño y me encuentro a Eric a oscuras mirando a través de la cortina.

Eric

—No enciendas la luz, por favor—le pido.
—¿Estás bien?—pregunta mirándome desde su posición.
—Sí. Hoy lo he pasado muy bien.
—¿Seguro?
—Hacía... siglos que...

Ella espera, pero no estoy seguro de cómo acabar la frase.

—¿Qué ibas a decir?
—Nunca había conocido a alguien como tú—me sincero.
—¿Una loba?
—Loba, humana, vapira... No me refiero a eso. Contigo las cosas son...
—¿Fáciles? Yo también lo he pensado. Contigo todo sería más sencillo... si no fueses un frío.

La nueva quileuteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora