Capitulo 13

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A la mañana siguiente, Mal había intentado hablar con Evie, pero esta la había ignorado olímpicamente saliendo del cuarto.

Directo de allí se dirigió al palacio para retomar su trabajo de concejera, debía tener demasiadas cosas acumuladas por no trabajar por un mes y medio y debía adelantar lo más posible antes de que tenga que tomarse una licencia, y lo haría aunque Ben no la dejara, necesitaba distraerse y nada mejor que el trabajo o la costura, el problema de la costura era que se le había roto la máquina de coser y no había mandado a arreglarla, por ende solo le quedaba el trabajo.

Cuando llego al palacio se dirigió directamente a la oficina de Ben que también era la suya y golpeo la puerta la cual se abrió unos pocos segundos después.

--¿Evie? ¿Qué haces aquí? Deberías estar en cama.

--De hecho no, no hace falta, los síntomas bajaron, al menos ya puedo retener algo de comida. Vine a trabajar, debo tener mucho trabajo por hacer.

--No mucho en realidad, te estuve ayudando un poco sin que supieras. Pasa. -le abrió completamente la puerta y le dejo paso aun sorprendido de que hubiese vuelto. --¿No deberías estar con Mal o con alguno de los chicos?

--Seré breve, anoche tuve una pelea con Mal y no quiero verla, me entere de que solo están conmigo por lastima asique, prefiero estar sola, o en todo caso contigo. Déjame hacerlo por favor.

--¿Están contigo por lastima? Eso no suena a los chicos Evie, te quieren como a una hermanita.

--Evidentemente me mintieron, Mal lo confeso anoche... Esto duele mucho, no quiero hablar de esto, ¿me dejaras trabajar, o tú también me ves como una pequeña debilucha que no puede ni cuidar de si misma sola?

--Pero, Evie, estas débil, debes cuidarte.

--¡Y me cuido Ben! No me voy a poner a hacer tourney, solo estaré sentada detrás de una computadora haciendo mi trabajo como consejera, además no estaré sola.

--¿No podre convencerte de otra cosa verdad?

--No.

--Bien -suspiro -comencemos.

Sonriente, la chica fue a su escritorio y comenzó a hacer su trabajo, es decir, firmar contratos, elegir peticiones del pueblo para realizarlas, analizar proclamas y aprobar leyes menores.

--Evie -la llamo el rey.

--¿Sí?

--Estoy intrigado, ¿Cómo estás tan tranquila?

--¿Cómo? No entiendo.

--Claro, es que pasaste por muchas cosas, es decir, en solo tres meses entraste en depresión por tu pasado, luego tu novio te... bueno... ya sabes... lo cual te hizo empeorar hasta el punto de no comer absolutamente nada, dos semanas después te enteras que estas embarazada de ese mismo estúpido, y ahora te peleas con tu mejor amiga porque te tiene lastima. ¿Eso no te afecta? ¿No te asusta?

Durante todo su pequeño discurso miraba al techo o hacia otro lado. Cuando miro a Evie, noto como lo miraba fijamente con los ojos llenos de lágrimas.

--Si me afecta... Más de lo que crees. Y sí. Estoy aterrada.

--Ay no, perdóname Evie, no quería hacerte llorar -fue hasta ella y se arrodillo delante suyo.

--Te perdono... solo que me afecta escucharlo... tengo miedo. -El chico el abrazo y ella le correspondió. -No puedo ser madre Ben. Seré pésima, hare que mi bebé sufra lo mismo que yo solo porque no sé cómo es una madre buena, que te quiera. No quiero que mi hijo termine como yo, quiero que sea bueno, que sepa cuanto lo amo a pesar de todo, que sea feliz. Pero no podré hacerlo, terminare siendo como mi madre. -dijo mientras acariciaba su vientre, que comenzaba a crecer, con amor y delicadeza.

--No. Tú no serás como ella

--¿Cómo lo sabes?

--Te observo, amas a tu hijo o hija a pesar de aun no conocerlo, a pesar de que ahora debe tener el tamaño de porotito, incluso a pesar de quien es su padre y como quedaste embarazada. Quieres verlo feliz y te brillan los ojos cundo hablas de eso. Lo que debes aprender de tu madre es como NO ser. Evie, serás una madre fantástica, incluso más que la mayoría de las chicas de Auradon. Y si algún día no sabes que hacer, estarás acompañada, te ayudaremos, lo prometo. -ella bajo la mirada y negó levemente, no podía creer eso, ya estaba segura de que lo haría muy mal y nadie podría cambiar eso. Nadie más que su hijo o hija.

Rompimos... ¡¿Devie?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora